Sinopsis: 'La Ronca de Oro' es la historia de Helena Vargas, una mujer que queriendo ser libre en una época terriblemente machista (años 50), donde las mujeres tenían más deberes que derechos y estaban condenadas a ser madres y esposas únicamente, encontró en cantar rancheras una manera de expresar su profundo deseo de libertad. Esa música venida de México, que tras años de lucha le traería el éxito, fue el origen de las peores humillaciones y sufrimientos, y también se convirtió en la banda sonora de sus dos grandes amores: uno que por poco acaba con su vida, y otro que llenó sus días de felicidad. Helenita dejó huella como mujer, como persona y como cantante, anticipándose al gusto y al sentir de la gente. Como nadie, entendió que la música popular no tiene edad, no tiene sexo y no tiene clase. Hizo de la ranchera un himno nacional, y de su interpretación un espectáculo que le abrió las puertas y el corazón del público. Logró que la ranchera sonara en los pueblos, en la provincia y en los círculos de poder sociales y políticos por igual, cuando apenas llegaba la televisión a Colombia y el país se debatía en una guerra civil donde la impresionante geografía colombiana y del Valle del Cauca, tierra natal de Helena, había dividido al país en rojos y azules. Sin embargo, la voz de Helena en la radio y en los primeros shows de la televisión -recién llegada a Colombia- no tenía color, y lograba unir a unos y a otros alrededor del sentimiento. 'La Ronca de Oro' -la serie- dejará que todos conozcamos un pedazo de esa vida de Helenita Vargas. Una mujer que, lo dejó claro en la vida, aprendió a reírse de todo y de ella misma. Una mujer que fue consecuente desde muy joven con sus ideales y sueños, que venció todos los obstáculos de una sociedad prejuiciosa y de su familia, para demostrar que esa joven, que en 1951 a los 16 años soñaba con ser famosa y llamarse 'Rosita Linares' no se equivocaba cuando insistía en que su vida iba a ser para cantar. Tal vez el nombre artístico nunca tuvo éxito pero Helena Vargas sí logró todo lo que esa joven había imaginado para toda una vida, cumplir su sueño. LEE PRIMERO (PARA VER LA SERIE CLICK AL ENLACE ESPERAR 5 SEGUNDOS Y LUEGO APARECE ALGO PEQUEÑO AL LADO QUE DICE SKIP THIS ADD DE COLOR ANARANJADO CLICKY LISTO Y DISFRUTAAAA NOVELA ALIAS EL MEXICANO ver novela bazurto. La Ronca de Oro: Todos los capítulos, avances, clips e información de La Ronca de Oro. Accede a galerías y otros contenidos exclusivos de La Ronca de Oro en CaracolTV.com.
0 Comments
Así, ya está. Un poquito más. Así, muy bien. Toma y amasa. A ver qué bonitas. Un poquito más de harina por aquí. (MADRE) -¡Pedro! Vete a desayunar. (Alboroto de niños jugando) He traído más leña, madre. ¿Las has hecho tú? Y son para los tres. (Gritos de sarracenos) (MADRE GRITA) -¡¡¡Sarracenos!!! ¡Venga, vamos! (Gritos de pánico) (GENTE GRITANDO DE PÁNICO) ¡Vamos Pedro, venga! ¡Vamos Pedro, vamos.! (MADRE) ¡Niños! Serie Mar de plástico - Ficha de la Temporada 2 Episodio 8 con resumen, noticias. Mar de plástico 2x08 ver online. Tras la aparición del brazo de Ainhoa, sorprende el buen estado de conservación en el que se encuentra, sin signos de putrefacción Los resultados de la analítica forense indican que el miembro ha sido conservado en aceite de oliva, justo en un momento donde Juan Rueda se dispone a hacer la. (ESTEBAN) -¡Madre! ¡Gonzalo, tenemos que irnos! ¡Vamos, Esteban! ¡Vamos, Esteban! (ESTEBAN) ¡¡¡Madre!!! (GRITA) ¡¡¡Madre!!! ¡Vamos Esteban! ¡Levántate, vamos! ¡Venga, levanta! Si os quedáis moriremos los tres. ¡Marchaos ya! Esto te protegerá. ¡Vamos, Esteban, vamos! ¡Como me toques te mato! (GRITA) ¡¡¡Gonzalo!!! (ESTEBAN) ¡Gonzalo! (PELÁEZ) -Dad sepultura a los muertos y atended a los heridos. (REZA) -Te los devolvemos a ti, Señor, de quien los recibimos; sabiendo que no los perdemos cuando vuelven a ti. (PELÁEZ) -¡Los supervivientes vendrán conmigo! En Compostela encontraréis comida y refugio. -Gonzalo, ¿qué va a pasar con Pedro? El moro pudo matarlo, pero no lo hizo. Lo quería vivo. -Para venderlo como esclavo. Tu hermano acabará muerto antes o después. Estáis equivocado. Pedro sobrevivirá. ¿Cómo te llamas, hijo? Escúchame, Gonzalo, sé que es duro para ti oír esto, pero no quiero engañarte. Es lo que hacen con todos sus prisioneros. Mi hermano sobrevivirá. -Las obras del templo más importante que se haya construido jamás. La tumba del apóstol Santiago. Francos, normandos y sajones peregrinan a mi ciudad para postrarse ante él. Bienvenidos a Compostela. A la Jerusalén de Occidente. (Música) (OFF) ¡¡¡Gonzalo!!! (RESPIRA ANGUSTIADO) ¿La misma pesadilla? No fue culpa tuya. Lo dejé allí solo. Eras un crío, Gonzalo. Hiciste lo que debías: salvar a Esteban y salvarte a ti mismo. No puedes seguir así. Tienes que asumir. Tienes que asumir que Pedro está muerto. Siento haber sido tan cruda, pero no soporto verte sufrir. Aprende a perdonarte y empieza a vivir. Gracias a ti. -Rápido, necesito ayuda. ¿Qué ha pasado? Es una herida profunda. Trae paños limpios. (Ruido de obra) Esteban. ¿Con qué estás? -A ver si te vas a quedar sin dedos. No hay forma de conseguir más espacio. Es imposible. -Sabes de sobra lo que quiero. El mayor templo que se haya construido jamás. Los peregrinos llegan a cientos y hay que darles un techo. -Mirad los planos, el sepulcro condiciona la obra. No se puede conseguir más espacio. -Busca la manera. -¡Más espacio, como sea! ¿O me he equivocado contigo? ¿He depositado mi fe en quien no debía? -No, por supuesto que no. -Pues deja de lamentarte y construye un templo digno de un apóstol. El espacio no es el único problema. También está la plata. No puedo levantar este templo si no consigo más fondos. Los peregrinos traen dinero. Y los arriendos de las tierras dejan buena plata. Hace falta más, Gonzalo, mucho más. -El Dómine quiere más espacio. Nos condiciona la tumba. -Se lo he explicado. Pero no quiere entenderlo. (ANSIOSO) ¡Necesito ideas! (ODAMIRO) -Os maravilláis ante la Iglesia de Peláez. Será la más grande, decís. Un monumento a Santiago, cuyo cuerpo, descansa bajo estas piedras. Un monumento a Dios. Y yo os digo. ¡Esta construcción no es un monumento para Dios! ¡Esta construcción, es un monumento a la vanidad humana! Pedid apoyo a la corona. Si escribís al rey, os ayudará. -¿Y crees que no lo he hecho? Ese cretino ni siquiera se ha molestado en responder. El rey Alfonso se encuentra en plena campaña para reconquistar Toledo. Toledo es insignificante. La tumba del apóstol está aquí. El Conde de Andrade desea hablar con vos. (EXTRAÑADO) -¿Andrade? -Traigo noticias, mi Señor. La reina me ha enviado una carta. Viene a Compostela. ¿Y por qué os escribe a vos y no a mí? Quiere reunirse conmigo. Con los dos, en realidad. -Sé lo mismo que vos. -Algo me dice que en lo que concierne a la reina, siempre sabéis mucho más que yo. Gracias, Andrade. Podéis retiraros, me doy por informado. Es vuestra oportunidad. Pedid a la reina fondos para el templo. Esa mujer no viene a darnos nada. Te lo garantizo. -Cada vez hay más peregrinos en el hospital. -Muchos enferman por el camino. -Llegan viajeros, la ciudad crece. Ya no basta con controlar el mercado. Hay que ver más allá. -Tomás, es cuanto tengo, lo juro. -Tiendas hay a montones, pero solo un hospital. ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar, por seguir vivo y sano? -Mi familia pasa hambre. Es todo cuanto tengo. -No sé a quién odio más, si a los avaros o a los embusteros. Vuelve a engañarme y tendremos un problema. Hazme caso, Remo. En pocos años ese hospital será el mejor negocio de Compostela. (SILBA) Ahora vuelvo. Estamos ocupados. ¿Nos vemos luego? La reina Constanza viene a Compostela. Está en camino. (EFRAÍM GRITA) -¡Elvira! O lo abrimos o. O morirá desangrado. Efraím, no podemos hacerlo. Perdonad, tenéis que salir. Enseguida os atenderemos. Tú también debes irte. ¿Va todo bien? Sí, hazme caso y espérame en casa. (Música de intriga) (EFRAÍM) ¡Cierra las ventanas! Trae el libro. Esta vez quiero que prestes atención. Tienes que aprender. (Ruido de obra) -Esto no sirve. Esto es imposible, no podemos mover el terreno. (SUSPIRA) ¡Qué desastre! Si no le damos al Dómine lo que pide, nos echará. ¡Vamos, continuad trabajando! -Es muy tarde, Maestro. Necesitamos descansar. -De acuerdo, Seguiremos mañana. -Que descanse, Maestro. -¡Hasta mañana! ¿Por qué echaste a todos del hospital? Un peregrino herido de gravedad. Efraím dijo que estaba muy mal, había que despejar el hospital. ¿Y habéis salvado al enfermo? Sí, claro que sí. ¿Vas a estar presente cuando llegue la reina? Soy el jefe, de la guardia. Se me olvidaba que mi marido es un hombre muy importante. El Dómine está preocupado. No cree que esta visita traiga nada bueno a Compostela. Pero el Dómine, no está aquí. (SIMÓN) -Constanza de Borgoña. Esposa de Alfonso, Rey de León, Castilla y Galicia. Nunca he estado ante una reina. ¿Algún consejo? -Cuanto más agaches la cabeza, mejor opinión tendrá sobre ti. Mi Señora, es un honor. (SECA) -Salud, Dómine. -Es un honor teneros en la ciudad. Me acompaña el Conde de Andrade, como pedíais en vuestra carta. -A vuestro servicio, Señora..y Gonzalo de Catoira, jefe de mi guardia. -Gonzalo de Catoira. Mi dama tiene algo para ti. En cuanto a vos. Debo resolver cuanto antes el asunto que me ha traído al norte. -¿Dónde podemos hablar? -Alfonso lleva meses sitiando Toledo. No moverá sus tropas hasta que se entreguen. Para esos moros solo hay dos caminos: o rendirse o empezar a comerse entre ellos. -Será una gran victoria. -Sí, lo será. Y vos contribuiréis a ella. Necesitamos plata y provisiones. Por eso he venido. -Este no es el mejor momento para que Compostela entregue su plata. Todo lo contrario, necesitamos más, para construir el Tem. -El rey os pide un pequeño sacrificio, ¿os negáis? -No, claro que no. Se hará lo que ordenéis. -Alfonso desea que ambos me acompañéis. Os quiere a su lado cuando entre en la ciudad. -Será un honor. -Me gustaría prepararlo todo para el viaje a Toledo. -Saldremos cuando reunáis la plata. -Sobre eso, mi Señora. ¿cuánta necesita exactamente? -Alfonso no solo me niega la plata sino que me quita la que necesito. -Debemos obediencia al Rey. -¡Ese no es nuestro Rey! Es un usurpador. Mató a su hermano Sancho para quedarse con el trono y encerró a García, nuestro verdadero rey. -Podrían acusaros de traición por hablar así. -Toda la plata de Compostela. (ENFURECIDO) ¡Dios! -Las cárceles de Toledo están llenas de cristianos. Uno de estos presos hizo llegar un mensaje al campamento del rey. Suplicaba que este collar se entregase en Compostela, que se entregase a Gonzalo de Catoira. Ese preso se llama Pedro. Y dice ser tu hermano. (DESESPERADO) ¡Pan! ¡Necesitamos pan! (CON ACENTO ÁRABE) -Vosotros y toda la ciudad. Negarle el alimento a un prisionero, es haram. No soy yo quien os mata de hambre. Es su rey, el que impide que entre comida en la ciudad. Y ahora guarda silencio. ¡Pa.pan, pan.pa! (CON ACENTO ÁRABE) -No va a salir bien, Pedro. (DESFALLECIDO) Mi hermano vendrá. Encerrado en Toledo. Voy a traerlo a casa. Pero, Toledo está sitiada, ¿cómo vas a entrar? Ya encontraré la manera. Las murallas de Toledo mantienen a raya al ejército de Alfonso ¡Un ejército entero! Y tú quieres entrar solo. Espera a que se entreguen y podrás sacar a Pedro. Para entonces podría estar muerto. (ENFADADA) ¡Eres tú, el que va a morir! Dijiste que siempre estarías conmigo. Llevo años esperando una señal. Y por fin ha llegado. Tengo que ir. Prométeme que volverás con vida. Te lo prometo. -De Gonzalo de Catoira, ¿qué sabéis? -Es un buen soldado. -¿Leal a quién? -Tened cuidado con Peláez. Ser obispo no es suficiente para él. Y no le importará derramar sangre para conseguirlo. -Ha sido demasiado tiempo sin verte. Vengo a ofrecerte la libertad. Ya, claro, (IRÓNICO).qué suerte tengo. ¿Y cuánto me va a costar? Me voy a Toledo con el Dómine. Quiero burlar el asedio y rescatar a un preso. Necesito a alguien que conozca Toledo y que sepa luchar. Y tú eres la mejor espada que conozco. El preso es Pedro. Al final lo has encontrado. Has cumplido tu condena. (Ruidos de arañazos) (Música de intriga) -¡Maestro! ¡Ahí está Esteban! (BERNARDO) -Que venga. ¿Esto lo has dibujado tú? Un triforio de doble altura. Sujeto por una bóveda de cañón. ¿Cómo se te ocurrió? -Es brillante. (EMOCIONADO) Y lo vamos a hacer. Cumpliré mi promesa. (SUSPIRA) -¿Estás bien? Sólo hay una cosa que puede mitigar tu dolor: aliviar el sufrimiento del prójimo. (ALEGRE) -¡Madre! Vuelve a la tienda Urraca, Enseguida voy. Venid conmigo. El Rey querrá saludaros. -¿Por qué no se rinden de una vez? -¿Les llega agua o comida? -Nada, Majestad. Tenemos vigilados todos los suministros. Toledo será mía y lo saben. No sé por qué se empeñan en resistir. -Tal vez podríamos, negociar un. (Golpe) (TAJANTE) -Quiero Toledo rendida sin condiciones. Se me va a recordar por esta victoria. Seré el Rey que puso Toledo a sus pies. He traído toda la plata de Compostela. -No esperaba menos. -Por vos, lo que sea necesario. -Gracias por venir. -Mi Señor, me gustaría hablar con vos sobre el Templo de Santiago. Quiero descansar. (CORTADO) -Claro, en otro momento. -A Peláez no le ha hecho gracia entregar su plata. Deberías vigilar la forma en que dirige Compostela. -Déjame la política a mí y cumple con tu deber que es darme un hijo varón. Entrar ahí es de locos. Llegas tarde. Tenía asuntos que atender. ¿Tienes un plan? Tengo un plan. Pues más nos vale que sea bueno. (SUSPIRA) Gonzalo, sabes que a mi me da igual pero., tú tienes una mujer, tienes otro hermano, eres el jefe de la guardia. ¿Vas a arriesgarlo todo por alguien que apenas conoces? Es mi hermano. Que además podría estar muerto. Aunque claro, eso nunca lo sabremos, porque nos matarán tan pronto nos acerquemos a esa muralla. Ya te he dicho que tengo un plan. Y Pedro está vivo. (KELED) -Alfonso está acumulando hombres en su campamento. No sé si ese loco está pensando entrar en la ciudad. Pero si acaso, le quitaremos la idea de la cabeza. Decapitaremos a los presos cristianos. Y mandaremos sus cabezas al campamento de su rey. Le enseñaremos que debe temernos. (CON ACENTO ÁRABE) -Se acabó el tiempo y tu hermano no ha llegado. Ha llegado un espía con noticias de Toledo. Van a ajusticiar a los presos cristianos. Tenemos que salir ya. No, pero qué más da. (Galope caballos) -¿Qué sucede? -Esos dos son de los vuestros. (Música de tensión) ¡Traemos un mensaje para vuestro rey! -¿Quien os envía? Alfonso, rey de. (CON ACENTO ÁRABE) -Bajar de los caballos y soltar las armas. (REZA EN LATÍN) -Nomen Tuum, adveniat Regnum. ¿Y ahora qué? ¿De verdad este era tu plan? Estoy improvisando. (GRITA) ¡Quietos! (CON ACENTO ÁRABE) -¡Arqueros! No creo que sea una buena idea. Quietos, no se me vaya a ir la mano. ¡Vamos a llevarnos a ese hombre! Si alguien intenta algo, vuestro jefe morirá. ¿Es que no tienen honor, cristianos? ¿Quieres a este preso? Pelea por él. Si vences, es tuyo. Si venzo yo, morís los dos. ¡Honor, cristianos! ¿Pero qué honor ni qué honor? O nos das al preso, o te corto el cuello. (Gritos de lucha) Ahí, ahí, con honor. (VÍTORES DEL PÚBLICO) (Música de tensión) (GRITA CON FURIA) ¡¡¡Aaaahhh!!! Coge a mi hermano. Vamos, Pedro. Dio su palabra. (GRITA CON RABIA) ¡¡¡Dio su palabra!!! Es mi hermano Pedro, Señor. -¡Mirad Toledo! -¿Qué ha pasado en la ciudad? -Alfonso no dejará que otro le robe su victoria. Haced algo, o está acabado. -Quiero hablar con ese emisario en cuanto llegue. ¿Qué mensaje traes de Toledo? (ACENTO ÁRABE) -Este mensaje es para el Rey Alfonso. (AMENAZANTE) -Contesta a mi pregunta. -Toledo se rinde. Habéis acabado con nuestro caudillo y la guardia ya no puede seguir luchando. No es eso lo que le dirás al Rey. -Rey de los Cristianos. Toledo se rinde. El hambre y la sed están acabado con nosotros y ya no podemos seguir luchando. Nos ha derrotado, Majestad. Lo único que le pedimos es que deje a nuestros hombres seguir viviendo. (Música gloriosa) -Aquí tenéis vuestro gran triunfo, Majestad. El que os hará pasar a la historia. He entregado toda la plata de Compostela a vuestra campaña. Sin embargo, debo continuar con la construcción del Templo de Santiago. Para ello necesito dinero. -Cuándo tu reina te pidió ayuda, ¿dudaste? Ella dice que dudaste. -Majestad, necesitaba esa plata. Es el templo del apóstol. -Las reliquias no ganan guerras. -La cristiandad mira a Compostela. Es el símbolo que mantiene unidos a los reinos. -Lo que mantiene unidos a los reinos soy yo. Compostela es insignificante, como tú. Cuando yo llamo, tú vienes. Cuando yo pido, tú das. Todos tenemos un papel en el plan de Dios y el mío es ser obedecido. -Os pido que reflexionéis. -Tu trabajo es administrar Compostela y darme plata cuando te la pida. Si no te sientes capaz de una tarea tan sencilla, pondré otro en tu lugar. Si algo sobra son obispos. (CONSTANZA) -No confío en Peláez. Quiero que seas mis ojos y mis oídos en Compostela. -Lo vigilaré. -Si conspira contra nosotros. Cumpliré con mi deber. ¿Para conmigo, o para con tu Rey? -Si el Rey descubre lo que hay entre nosotros. -Al Rey le da igual. (NADIR) -Toledo ya está en manos de Alfonso. Nuestros reinos sucumben ante los ejércitos de ese bárbaro al que una vez llamasteis amigo. Sí, Al-Mutamid; vuestro amigo. El mismo que ahora conquista nuestras ciudades. Mientras construye en Compostela una Meca para los Cristianos. Yo digo que ataquemos. Recuperemos Toledo y sigamos avanzando hacia el norte. O reaccionamos o los cristianos nos echarán de nuestras tierras, mientras el gran Al-Mutamid recita poemas, sobre la paz. -Muestra un poco de respeto, es de tu rey de quien hablas. (CON ACENTO ÁRABE) -Con nuestro ejército no podríamos recuperar Toledo, y menos llegar a Compostela. Por eso ruego al consejo que pida ayuda a África y que se una a nosotros el ejército almorávide. -Los almorávides son unos carniceros. Acabarán con los cristianos, pero después nos masacrarán. -Pido al consejo que se pronuncie. -¿Quienes estáis de acuerdo en pedir ayuda a África? (YUSUF) -Pronto partiremos hacia Al-Andalus a ayudar a nuestros hermanos. Regaremos los campos de la península con sangre cristiana. Desde Sevilla, hasta la tumba de su falso apóstol. (ACENTO ÁRABE)-¿De verdad crees que llegaremos a Compostela? Me alegro de que hayas recuperado a tu hermano. Sé lo que significa para ti. Gracias por haberme cubierto las espaldas con el Rey. Tenía que ser su victoria. Cuando te conocí eras un muchacho débil y asustado. Y mira en qué te has convertido. Un hombre capaz de rendir una ciudad. Aunque nadie llegue a saberlo nunca. Me da igual la gloria. Lo hice por mi hermano. Tu sentido del deber y de la lealtad hacia los tuyos, son virtudes tan admirables como peligrosas. Se acercan tiempos difíciles para Compostela, tiempos en los que cada cual, tendrá que escoger a quién debe su lealtad. Creo que siempre he sido leal a quien lo merece, Dómine. Llévalos a Compostela. Gonzalo, ¿dónde va el Dómine? (GRITA) ¡Elvira! Tiene la piel ardiendo. (EFRAÍM) -Ayúdame. Prepara un emplaste de miel y aceite de lavanda. Y busca bardana. No lo permitiremos. (AMBIENTE DE MERCADO) Hola. ¿Por fin estás despierto? ¿Cuánto tiempo llevo dormido? Solo una noche, pero las fiebres han remitido. Vamos a dejarle descansar. (REMO) -Abren las carnes. Querías saber qué hacen con tanto sigilo en el hospital. Abren las carnes de los enfermos. -Eso es blasfemia. -¿Puedes conseguir un testigo? -Tengo algo mejor.lo último que recuerdo es veros. Y el moro que me arrastraba al barco. En cuanto me recuperé, me vendieron como esclavo. He pasado todos estos años de amo en amo. Bueno, eso se acabó. Ahora estás aquí, con tu familia. Tengo trabajo. Volviendo de Toledo, el Dómine estuvo hablando conmigo. Creo que algo no va bien. A Peláez solo le interesan sus propios beneficios. No te dejes arrastrar por sus intrigas. Todo lo que tiene que ver con Compostela me incumbe. No tienes porqué cargar con el peso de la ciudad sobre tus hombros. Haz lo que siempre has dicho. Dejar la guardia, cultivar la tierra. Nada me gustaría más. (DULCE) Pues hazlo. -Quiero ver al Rey de Galicia. -El de Galicia. De León y de Castilla es Alfonso. -Quiero hablar con García. -Disculpad, pero su Majestad ha prohibido las visitas. -Pues entonces y por tu bien, será mejor que no sepa que he venido. -¿Que haces aquí? -He venido a ver a mi Rey. -Yo no soy tu Rey. -Voy a sacaros de aquí y os voy a devolver vuestro trono. -Mi hermano no lo permitirá. Arrancará la cabeza de tus hombros si lo intentas. ¿Os parezco preocupado? Podéis quedaros aquí. O podéis recuperar vuestro reino. ¿Qué camino escogéis? 'Compostela es insignificante'. Ese necio no ve más allá de sus narices. Y encima me trata como si fuera un lacayo, un. Criado al que puede despreciar. Que vengan los emisarios. Quiero hacer llegar estas cartas a todos los nobles del norte. A todos excepto a Andrade. -Después de esto no habrá vuelta atrás. -Que así sea. (Música de suspense) -Tres capillas rodearán el sepulcro. Y tres naves conducirán al altar. En el crucero, otras tres naves. Todas sostenidas por bóvedas de cañón. ¿Cómo es que sabes tanto de construcción? Llevo aprendiendo desde niño. Cuando llegamos a Compostela, tras la muerte de padre y madre, yo aprendí el oficio de constructor. Y Gonzalo el de soldado. Me he perdido muchas cosas. -Salud, Esteban. Cada piedra la talla un maestro cantero y pone en ella su firma. Esa es la mía. Permanecerá aquí durante siglos, tal vez para siempre. Formando parte de la Catedral. Será un edificio hermoso. ¿Cómo te llamas? -Mi nombre no tiene importancia. -¿Qué quieres de mí? -Que me ayudes a construir mi catedral. Este es el Templo del obispo Peláez. (SERIO) -La catedral es mía. Debe construirse siguiendo mis instrucciones. Y te he elegido a ti para hacerlo. Se acercan tiempos sombríos. Y todo va a depender de ti. Está muy caliente. -Tienes un negocio próspero, boticaria. Y me alegro, eso es bueno para todos. ¿Qué quieres, Tomás? Hacerte una oferta. Vas a venderme el hospital por un precio justo. Tú y el judío, por supuesto, seguiréis trabajando aquí; pero por un jornal, como toda mi gente. ¿Por qué te interesa? Esto no es un negocio. Todo es un negocio. Pues lo siento mucho, pero no me interesa. Vamos Elvira, Lleguemos a un acuerdo. Un acuerdo que sea beneficioso para ambos. Tú me has hecho una oferta y yo te he respondido. Vete, tengo mucho que hacer. ¿En serio quieres hacerlo así? ¿De verdad, por las malas? No sabes de lo que soy capaz. Qué miserable. Miserable, sí. Pero puedo hacer que tu querido judío arda en la hoguera. Fuera de mi casa. (GRITA INDIGNADA) ¡Ya! (ODAMIRO) -Si tienes algo que decir, adelante. -Soy un pecador, lo reconozco. -Ahórrate la verborrea. Sé qué clase de hombre eres. -Pero lo que no soy es un blasfemo. Comprobadlo vos mismo. -¿Qué hacéis? -El médico judío le ha abierto las carnes y lo ha cosido. Y eso es blasfemia, ¿o acaso me equivoco? -Habéis leído mi carta. Todos sabéis lo que pretendo. -Algo muy peligroso. -Alfonso se prepara para una guerra larga y cruenta contra los sarracenos. Quiere conquistar la península. Y sabemos lo que supondrá. -Darle más plata. -Quitándosela al Templo de Santiago. Ese rey mediocre, ese usurpador, no se cansa nunca de humillarnos. Él se lleva la gloria mientras nosotros pagamos sus campañas. Pero ha llegado el momento de plantarle cara. (ENFADADO) De demostrarle que no puede tratarnos como a lacayos serviles. Si estáis a mi lado. Si os queda orgullo. Liberaré a García de su prisión y le haré rey de nuevo. -Supondrá la guerra. Cortaremos unas cuantas cabezas. -Habrá una guerra, sí. Pero la ganaremos. ¿Estáis conmigo? -Por Compostela. (TODOS) -¡Por Compostela! (GRITA ALARMADO) -¡El vino.! Está envenenado. -Señor, el obispo ha sobrevivido. Debéis marcharos, Señor. -No huiré de un traidor. Prepara a los hombres. Peláez ya habrá dado orden de atacar. -Sé que respetas a Andrade. Y que esta misión es difícil para ti. Os lo traeré, y si es culpable, pagará por sus crímenes. Haz lo que sea necesario, pero el conde no puede sobrevivir. Y recupera esa carta. Se le acusa de blasfemia. Aquí sanamos enfermos. Efraím no ha hecho nada malo. ¡Dejadlo, por favor! -Tranquila, no pasa nada. Iré con ellos. Es mi decisión. -Se dice que abres las carnes de los enfermos y que tu ciencia nace de un libro herético. No estoy en contra de tus sanaciones, siempre que se ajusten a la ley cristiana. Pero quiero ese libro. Y no voy a parar hasta encontrarlo. (MURMURA) -Sálvalo. El libro vale más que mi vida. (Galope de caballos) Quiero a Andrade vivo. Si sus hombres presentan resistencia, lucharemos. Pero si se rinden, se les perdonará. -No están en juego nuestras vidas, sino el futuro del reino. Peláez va a traicionar al Rey Alfonso, y lo único que se interpone en su camino somos nosotros. (GRITA) ¡Por el Rey! (TODOS GRITAN) -¡Por el Rey! (Gritos de lucha) (GRITA) ¡Andrade! (GRITA) ¡Andrade! -Para no gustarte la guerra, se te da muy bien. Defiendo a mi Señor de un traidor. ¿Yo un traidor? ¡Tú lo eres, por seguir a Peláez en esa locura! No sé de qué locura me estás hablando. No te lo ha dicho. Conspira para devolver Compostela al hermano de Alfonso. García está preso. Quiere liberarlo. Sentarlo de nuevo en el trono. Peláez es un loco. Nos lleva a una guerra. ¿Quieres eso? ¿Soldados entrando en Compostela, arrasando la ciudad? Gonzalo, tienes que. (GRITA FURIOSO) ¡No! ¡Teníamos que llevarlo vivo a Compostela! (FALSO) -Temí por tu vida. Hoy le has hecho un gran servicio al Dómine. (Ruido de obra) -Tú eres Abdel Rachid, el hijo de Yusub ibn Tashfin. Ojalá no me hubieras reconocido. (EN ÁRABE) Que Alá me perdone. -Andrade no volverá a importunaros. Pero tenemos un problema. Gonzalo habló con él. Lo sabe todo. Hay que matarlo. (SOLLOZA ANGUSTIADA) (REZA EN ÁRABE) (Música de tensión) -Os llamé para que nos protegieseis de los cristianos, no para que declaraseis una guerra! -Quiero devolverlo a África con el rabo entre las piernas. -La traición de Andrade me ha hecho pensar. ¿Y si hay otros en Compostela que conspiran contra mi? -Te he elegido a ti para que des fruto, y que ese fruto perdure por los siglos de los siglos. (JIMENA) -Ella le dará un varón. -La haré matar. -Dadme vuestro permiso, y el traidor dejará de ser un problem Si no hacemos nada, será la guerra. La veré arder con un vaso de vino en la mano. -Si nos enfrentamos a Gonzalo tendremos a 50 soldados armados dentro de nuestras murallas deseando cortarnos el cuello. -¿Quién tiene el libro Efraím? Al final te doblegaré. ¡Vámonos o te matarán! -¡Encontrad a Gonzalo! Capítulo 1 Capítulo 1 •. Galicia, 1075 D.C. Un ataque sarraceno asola Catoira. Gonzalo consigue salvar a su hermano Esteban, pero no puede impedir el asesinato de su madre ni el secuestro de su hermano Pedro por guerreros musulmanes. Esteban y Gonzalo viajan con los supervivientes a Santiago donde las primeras piedras de la Catedral están comenzando a colocarse. Diez años después, los muros de la catedral van elevándose. Esteban trabaja en las obras como aprendiz. Sueña con convertirse en maestro constructor pero no parece poseer ningún tipo de aptitud para el puesto. Sin embargo, la aparición de un misterioso monje que le facilita soluciones arquitectónicas nunca vistas hasta la fecha quizá le ayude en su propósito. El tiempo ha tratado mejor a Gonzalo, que no sólo se ha convertido en jefe de la Guardia de Diego Peláez, el obispo de Compostela, sino que además ha encontrado el amor en Elvira, la boticaria de la ciudad y su esposa. Sin embargo, Gonzalo no puede librarse de la culpa de haber abandonado a su hermano Pedro a manos de los musulmanes. La vida en Compostela se ve alterada por la llegada de la reina Constanza, que viene con un doble propósito: conseguir la plata de Compostela para ayudar a Alfonso VI en el sitio de Toledo y hacerle llegar a Gonzalo la noticia de que su hermano Pedro está vivo, aunque prisionero en la ciudad. Sin dudarlo, Gonzalo marcha junto con la comitiva real a Toledo para liberar a su hermano, aunque para ello deba arriesgar su vida. Pedro de jesus Me encanta que se hayan tomado la molestia de una edad media española el deseo es magnifico las personas que soñamos con esta época vivimos muy muy pendiente de mas. Sois la caña, yo vivo en un pueblo y me gustaría ir a santuario, está bien hecha es la misma esencia España, buenos actores y se nota el juego de imagen todo muy honesto. No tengo palabras, esperaba esta serie y la habéis españolizado veo much@ contra de escenarios y no se, para mi es sin ofender lo mejor que hay. Después del café.' () pd: Arriba pone deseo;por-(SESEO)'es magnifico. La Señora Acero 2: Luego de permanecer en prisión durante 5 años, Sara espera salir en libertad por falta de pruebas. Sin embargo el presidente de la República Heriberto Roca (Mario Loria) a influencia de su secretaria privada, Bertha Aguilar, hace que a Sara la condenen 25 años de cárcel. Señora Acero. 2016 TV-14 3 temporadas. Cuando muere su esposo narcotraficante, una mujer inocente reclamará su lugar en el negocio para salvar a su hijo. En 2007, Sara recuerda un día feliz en Tijuana que se convirtió en tragedia y cambió su vida para siempre. Ver Viuda de narco. Episodio 2 de la temporada 1. Escuchar y Descargar la musica de: Senora Acero 2 Capitulo 6 Telemundo en la mejor calidad de este Grupo o Cantante de Música tenemos toda su discografía una lista musical con los mejores temas Más del momento. Escuchar la mejor musica de Senora Acero 2 Capitulo 6 Telemundo en calidad de mp3 HD alta calidad en 320kb y HD asi como ver los videos, tienes la opción de poder verlo y escucharlo desde tu celular o tablet en una muy buena calidad y disfrutar de Senora Acero 2 Capitulo 6 Telemundo que te ofrecemos, todo esto gracias a Youtube. Titulo Original: Señora acero 2 País: EE.UU. Canal de emision Telemundo Sinopsis de Señora acero 2: Segunda temporada de señora acero Luego de permanecer en prisión durante cinco años, Sara espera salir en libertad por falta de pruebas. Sin embargo, el presidente de la República, a pedido de su secretaria privada, Berta Aguilar, hace que a Sara la condenen a 25 años de cárcel. El odio de una hermana resentida, las ambiciones políticas de un presidente corrupto, y otra mala jugada del destino, hunden a la Señora Acero en una profunda depresión. Please clear your browser cache and refresh to see the latest version of Chatango. Lista de Series en HD. A Otro Nivel 2017 A través del Tiempo ADDA (Amar Despues de Amar) Alias JJ Amanda Amar es primavera Amor a Segunda Vista Amor y Castigo Asya Bailando por un Sueño 2017 Blue Demon Blue. 1 Oct 2015 - 18 min - Uploaded by TelemundoVideos oficial de Telemundo Señora Acero 2. El Indio Amaro ataca a Sara y a sus amigos. Una vez más le toca despedirse de su hijo Salvador y de su gran amor, Manuel Caicedo. Mar de Plástico – Segunda temporada- Capítulo 7 © Atresmedia Capítulo 20 – “Mar de Plástico” – Capítulo 7 de la segunda temporada – “Vlad” Unas misteriosas manos enguantadas muestran a alguien recortando el número 2 del libro en el que el asesino coge las palabras sueltas que luego envía a Fernando en sus cartas. Desde el puesto principal de la Guardia Civil, se intercepta otra de las cartas donde se puede leer: “Guardia Civil 2”. ¿Será la nueva víctima del asesino del martillo? Las chicas que Pilar mantiene escondidas en un sótano comienzan a dar problemas, una de ellas se pone de parto. Juan Rueda descubre el tipo de mercancía que sus camiones traen de vuelta cuando encuentra a Kaled retirando una de las cámaras que se habían instalado. Por otro lado, Héctor sigue en su empeño por atrapar y encarcelar a Vlad. Por ello, Lola se solará en su casa y será descubierta por el serbio, que intentará ahogarla en la piscina. Mar de plástico: Serie de. Era la pregunta a la que los fans de 'Mar de plástico' tenían que responder para elegir qué final de serie querían ver. Capítulo bastante esclarecedor, donde hemos conocido que fue Luis, el alférez, quien mató a Amancio. También ha quedado como. MAR DE PLÁSTICO: Capítulo 7. 3 noviembre, 2015 AÑO 2016. No le cuenta nada a Fara, pero al ver heridos a ambos cree que ha sido Lucas, y se lo reprocha. Héctor sigue a Luis, le ve. Además, Fernando sufrirá una brutal paliza en prisión que podría costarle la vida. Del hombre que mató a mi amigo Vargas. Quiero ayudarte a cogerle. Concurso para jóvenes científicos. -Serías nuestra mejor representante. Este es mi teléfono y mi correo. La profesora Samper no veía tu talento. ¿Tú sabías que David no se iba? Me alegro, qué buena noticia. El caso es que me quedo. Primero te vas con tu mujer, ahora la dejas. ¿A qué juegas? Así que te digo que salgas con David a ver si así no me haces caso y te alejas de una puta vez de ese gilipollas. Has conseguido lo que querías. Te juro que si me encuentro a ese tío o a su mujer vamos a acabar saliendo en los periódicos. Ojalá supieras que estoy aquí. Buenos días, señor Márquez. Buenísimos días. Cuando los dibujos animados son gratis, puedes guardar tus ahorros para otras cosas. Aquí no hay que pagar para ver las nuevas aventuras de tus héroes favoritos de los dibujos animados en estos vídeos alucinantes de Cartoon Network. Los dibujos animados online están disponibles las 24 horas y puedes verlos gratis. El menor de los Rivas propone a Amador crear una webserie para narrar sus aventuras y triunfar así en el entorno online. Entretanto, Raluka Petrescu, la exmujer de Fermín, regresa a Mirador de Montepinar, donde dará una inesperada sorpresa al padre de Lola. Ver capítulo; Añadir a Mi Lista. Disponibilidad Ilimitada. ¿Se puede saber qué haces tocando una gaita? Es el día para hacerme entrega de mi DNI. Ya soy humano. En realidad, mejor que humano, soy gallego. Eres el novio de mi hermana. Está de coña, eh. ¿Fumas porros? ¿Usas protección? ¡Que lo de los porros iba en serio! Iago Márquez Roureiro, natural de Moaña, del 79, la mejor camada. Tienes bonito hasta el nombre. Javier Montes, es nuevo, acaba de llegar. Es el profesor de Ciencias de tu hermana y Fani. No sé, hay algo en ese hombre que no me gusta. Cómo mira a las chicas. Su última dirección era de un taller familiar. Yo también quiero volver a ese taller. Puede que se os pasara algo por alto. (Voz de mujer) Señora, ¿se encuentra bien? ¡Vámonos, vámonos! ¿Qué cojones.? ¡Es una hostil! ¿Qué has hecho? Vamos, vamos, vamos. ¡Corre, Sebas, corre! ¿Qué pasa con mi traslado? Espero recuerdes lo que hablamos. Que no me acerque a Susana. Porque entonces, el destino que te pediría no sería precisamente de playa. Tiene una ex, un hijo, no vas a tener una pareja, vas a ser mamá. ¿Yo me meto en tu vida? ¿Me meto en tu relación con Santos? No lo hago, mamá, porque te respeto. ¿Me respetas tú a mí? ¿Por qué le has disparado? Le has volado la puta cabeza y se ha levantado. El señor Márquez se lo explicará todo. (VOZ DISTORSIONADA) Pronto nos veremos por última vez, inspector. ¿Quién cojones eres? (CAMBIA LA VOZ) Ya sabes quién soy. ¿Lleva mucho tiempo por aquí? Por la ciudad, digo. ¿Qué tiene esto que ver con Bea? Tu hermana es una alumna con un potencial enorme. (Timbre) Laura, hola. Andrés, tenía razón. ¿Que Andrés te.? Me dijo que eras una mujer especial. Y es cierto, Laura. Eres muy especial. Me dejó antes de tiempo. Me dejó sola. No te dejó sola. ¿Qué quieres de mí? -Quiero que mates a Susana Vargas. ¿Le gustaría volver con su marido? ¿Qué haces aquí? Me gustaría hablar con usted. Creo que tenemos intereses comunes. Si yo consigo iniciar esa relación con Susana, su marido se vería solo como un perro, reflexionaría y volvería con usted. ¿Cuento con su ayuda? Si yo cuento con la tuya. Mi marido me ha engañado. Si quiero perdonarle, como dices, necesito desquitarme. Este no era el plan, señora Sandra. Mi marido me ha engañado. Si quiero perdonarle, como dices, necesito desquitarme. Este no era el plan, señora Sandra. ¿Qué está haciendo? Vístase, por favor. No, no, yo he venido aquí en misión de amor, no podemos hacer nada. Por favor, cálmese, se lo suplico. Ya está bien, por favor. No pasa nada. (Puerta) ¡Sandra! Vengo a coger unas cosas y en seguida me voy. ¿Tú qué cojones haces aquí? Yo ya me iba. (Puerta) ¿Me puedes explicar este tío qué hace aquí? Venga, escribe, dime algo. (Mensaje) Me cago en mi puta vida. De puta madre, he quedado como un gilipollas. (Timbre) Sebas. Perdona la hora. ¿Te ibas ya a la cama o qué? No, últimamente no duermo mucho. ¿Esto qué es? He conseguido abrir el rollo metálico que encontramos donde El Carnicero. Eso es lo que había dentro. Si te fijas, al fondo hay unas iniciales: IEE. Instituto Espacial Europeo. Joder, vaya control. Yo he tenido que mirarlo en Internet, no lo había oído nunca. No, mi hija, la pequeña, que quería ser científica. Y soñaba con entrar algún día en la NASA o aquí mismo, en el Instituto Espacial Europeo. Ya sé lo que les pasó a tus crías. ¿Para qué tendría El Carnicero una foto de estas ocho mujeres? No lo sé, pero parece que están en un centro de investigación o algo así. ¿Qué hacía ese cabrón con esto? Tampoco lo sé. Pero es la única pista que tenemos. Sebas, tenemos que saber quiénes son todas ellas. (GRITA Y JADEA) Me tienes harta. ¿Qué quieres? Me voy al lavabo, y cuando vuelva, quiero que me dejes dormir. # Ahora, que empiezo de cero, # que el tiempo es humo, # que el tiempo es incierto. # Abrázame fuerte, amor, te lo ruego, # por si esta fuera la última vez. # Ahora, que solo el ahora # es lo único que tengo. # Ahora, que solo me queda # esperar a que llegue el ahora. # Buenos días, señor Márquez. ¿Por qué está planchando? Esta semana me toca a mí la plancha y a usted el baño. Porque no podía dormir. ¿Vas a decirme dónde estuviste anoche? No es usted mi padre. No, claro que no, desde luego. Legalmente soy solo tu tío. Así que dime dónde estuviste anoche. Tiene usted que dejarme mi espacio, señor Márquez. Y déjeme la plancha a mí. Que a usted los cuellos no le salen nunca. Ayer besé a mi mujer. Ayer, que besé a Laura, a mi mujer. Pues nada, vino aquí a casa para. Hablar de nuestra hija, de Susana, charlamos un rato y. Y al irse, pues la besé. Es maravilloso, señor Márquez. La tuve tan cerca, Iago. Volver a besar esos labios, fundirnos de nuevo, acoplar nuestras bocas. Vale, vale, vale, vale. Está siendo usted demasiado gráfico. Es que tuve que besarla de nuevo para recordar lo enamorado que estoy de ella. Sentí esa energía como si fuera. Esa sensación que te parte en siete cuando besas a la mujer de tu vida. Ha sido usted muy valiente al dar ese paso, señor Márquez. Ojalá todo fuera tan fácil. Estaba dentro del turulo galáctico que escondía El Carnicero. Sebas consiguió abrirlo. Y por qué El Carnicero está tan interesado en ellas. ¿Podrás hacerlo? Señor Márquez. Yo también tuve esa sensación. Como electricidad, cuando besé a su hija. Nunca había sentido nada igual. Tírate a los dos. -Que te los tires a los dos. A Santos y a Márquez. Así te quitas el problema de la cabeza. -Que no me estoy comiendo la cabeza, no me voy a tirar a nadie. Vaya con la viuda alegre, menuda velocidad. Cuéntamelo otra vez, ¿cómo fue? ¿Cómo se lanzó? -Como un tigre de bengala. (Pasos) Voy bajando. -Adiós, cariño. -Oye, ¿para tu tía postiza no hay un beso? Estabas poniendo un pero. -Cuando Márquez me besó sentí. No seas salida. Una sensación extraña. -Que te gustó, vamos. -No, no me gustó. -No tienes por qué sentirte culpable. Ni por tu marido ni por Santos, con Óscar no tienes nada. Ayer le dejé plantado, me ha llamado todo el día. -¿Te gusta Márquez? Es el compañero de mi hija. ¿Te besó y luego te mandó un mensaje? -La flamenca. -Oye, a lo mejor te estaba pidiendo fiesta. -O se confundió, ¿no? -O te quería subir al tablao. -Y tocarte las castañuelas. Parecemos de otra especie. -Oye, friqui. -¿Qué quieres? Venga, vamos, suelta tu frasecita ingeniosa del día. Ya no me hacéis daño. -Solo quería decirte que lo siento. -No, en serio. Estas semanas me he pasado muchísimo contigo. Y no te lo merecías. Lo siento de verdad, Bea. -¿Lo ha dicho en serio? -Creo que sí. -Pues estoy flipando. Tendría que haberlo grabado. -Oye, ¿vamos a la biblioteca luego? -No puedo tengo tutoría con Javier. Voy a presentarle ya el proyecto. -Jo, tía, no sé cómo puedes estar ahí sola con él en su despacho. -Si es un buenazo. -Todo el mundo es bueno hasta que llega la Policía y descubre cinco cabezas en la nevera. -¿De verdad crees que es un psicópata? -Vi en su maletín unos guantes de cuero. -Patri, es otoño. Tendría frío. -Ya, pero eran guantes de asesino, de estrangular. Vale, bueno, a lo mejor me he pasado, pero es raro de cojones. -Vale, que sí, Patri, lo que tú digas. (Puerta) (Música) (Respiración) (Música) (Música) (Jadea) (Ruido) Buenos días, compañero. (Puerta) ¿A dónde vas? ¿Prisa por qué? Tengo que irme. (Música) ¡Arturo! ¡Espera, Arturo! (Música) ¡Por favor, escucha! ¡Arturo, espera! Arturo, ¿dónde va? No se puede salir sin autorización. ¿Es usted de la familia? Bueno, como si lo fuera. Ya me encargo yo. (Teléfono) Ya tengo en marcha la foto. Ahora no puedo hablar. En realidad le llamaba por otra cosa. Quiero pedirle permiso para. Ahora no puedo. En otro momento, Iago. Cortejar a su hija. (SUSPIRA) ¡Arturo! ¿Se puede saber qué te pasa? ¿No ves que casi te atropellan? Voy a buscar a mi hijo. No me gusta que me espere solo en la puerta del colegio. Vale, yo te llevo, ¿eh? Iremos en mi coche, que lo tengo ahí. ¿Y tú sabes dónde está el colegio? Te traigo la información sobre Javier Montes, el profesor. ¿Y hay algo importante? No, nunca ha estado fichado. ¿Ni antecedentes por acoso, ni drogas? Nada, parece un tío bastante normal. Y entró al instituto de mi hermana por una bolsa de trabajo. Vale, pues gracias, Cris. Nada, para recordarte que cenamos esta noche. ¿Pero tú qué te crees que porque vaya a cenar contigo lo tienes todo hecho? (RÍE) Qué fuerte eres, Susana. Es una foto, nadie se cabrea porque le regalen una foto. Yo no estoy enfadada. Ahora me estoy empezando a cabrear un poquito. ¿Esto es una manipulación barata? ¿Dónde quieres que te lleve a cenar? Chico, sorpréndeme. Ahora que tienes este rollito de cuarentón separado, yo qué sé, déjate llevar. Tú prepárate. Recoge eso, anda. Las bragas, que se te han caído. A mí se me caerían. ¿Has visto a Márquez? Acompáñame, que no me gusta fumar sola. Te he visto hablar con mi madre, sé qué me vas a decir. Ni te lo imaginas, guapa. María, ya se lo he dicho a mi madre y te lo digo a ti otra vez: es mi decisión. Si quedo con David, es únicamente para hablar. De verdad, o sea, el primero del día ¿Me estás escuchando o.? Es que el tema de David me aburre un poco Haz lo que te salga del chichi. Es sobre tu compañero. Besó a tu madre. Yo o sé el gel de ducha que utilizáis en tu casa, pero tenéis a todos los tíos locos perdidos. ¿Se le declaró o algo? Me tendría que haber quedado hablando con ella esta mañana, pero me fui tan rápido. Vamos, tu madre tiene un lío que no se aclara, pero parece que el beso le gustó mucho, pero que le gustó mucho. No, porque lo está pasando fatal. Parece que hubiera matado a alguien. Hay que estar con ella y ayudarla. Voy a hacer algo primero, no lo puedo evitar. No se lo digas, que me mata. ¡Que no voy a llamar a mi madre! Que parece que vas pisando huevo, coño. Así no llegamos a por mi cachorro. Tranquilo, que vamos a llegar, Arturo. Pero en mi vida he llegado tarde a por él. (Teléfono) (Teléfono) ¡No! ¿Qué tal, compañero invisible? Pues he tenido un pequeño problema y no voy a poder ir hoy. Vale, porque. ¿no estarás con mi madre? ¿Con tu madre? (RÍE) Perdón, perdón. Es que no lo puedo evitar. (RÍE) Pero, Márquez, ¿de verdad? Es que no tengo que contarte lo que ha pasado entre tu madre y yo. Tu madre es una mujer de una sola pieza y yo la respeto. Perdóneme, señor antiguo, lo próximo va a ser ponerle un piso. Oye, tengo que dejarte, Susana. ¿Arturo, dónde vas, qué haces? Pásate al otro lado, anda. Que me dejes el coche, que lo voy a conducir yo. Vaya que si lo voy a conducir, quedan cinco minutos para que Andrés salga. Arturo, nos pitan, vuelve. ¡Que me dejes el coche! ¡Que me lo dejes! Que te sientes, coño. Venga, vuelve al coche. Haz el favor. (Cláxones) Venga, siéntate. Haz el favor. (Timbre) He estado a punto de emitir una orden de busca y captura. ¿Siempre eres tan exagerado? Solo con quien me importa. En serio, me tenías preocupado. Ayer no diste señales de vida. Bueno, porque he estado liada. ¿Liada con qué? Con mis cosas. Óscar, ¿me estás interrogando? Pensé que, a lo mejor, podía echarte una mano. No pretendo meterme en tus asuntos. Vale, perdona. Para relajar un poquito el ambiente. Oye, de verdad, es que no tienes. ¿Puedes abrirlo? Es que, de verdad, Óscar, es demasiado. Estás muy guapa. Qué intensidad, ¿no? Mira, creo que mejor voy a hacer una tila. No, déjalo, si es que tengo que volver al trabajo. Solamente he venido para darte. Vale, te acompaño. (Teléfono) Hola, Santos. ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo está mi comisario favorito? Mira, tengo que pedirte un favor, es personal. Ya tienes mi interés. Necesito información sobre uno de mis hombres. Se llama Manuel Márquez. Pero para eso no me necesitas. Tienes las fichas de todos en la base de datos. Ya, pero su expediente es confidencial. No tengo acceso. Ese es un tema delicado, Santos. Lo sé y por eso no te he llamado a ti antes. ¿Cómo has dicho que se llama? Manuel Márquez. Quiero saberlo todo sobre él. Veré lo que puedo hacer. ¿Algo más, señor comisario? Te lo compensaré. Podemos salir a cenar. ¿Sigues sin pareja? Parece que sí. Bien, pues hablamos. Vamos al lío, Papuchi. Bueno, bueno, bueno. Vamos a ver qué secretos esconden estas damas. (Música) (Timbre) (Timbre) Que no me llames eso, coño. ¿Puedo pasar? Sí, claro, pase. Ponlas a enfriar, que hay mucho trabajo. No lo entiendo. Un buen policía nunca descansa. Envié la foto a un compañero en INTERPOL, un viejo amigo. Ninguna de estas mujeres está en la plantilla actual del Instituto Espacial Europeo. No sabemos si la foto es actual. Puedo haber sido tomada hace unos años. El instituto tiene su sede en Ginebra. Busqué en Internet eventos en los que hubieran participado varias científicas, no sé, como conferencias, presentaciones. Nada sobre estas ocho. Como si no existieran. Quizá tengamos que recurrir a tecnologías más sofisticadas. ¿Qué cojones es eso? Un holograma, una imagen proyectada en el aire. En unos años, estará en todas las casas. ¿De dónde lo habéis sacado? Es un prototipo. ¿Para quién trabajáis tu tío y tú? ¿Para el CNI? ¿Para una unidad secreta, rollo 'Expediente X'? Eso tendrá usted que preguntárselo al señor Márquez. ¡Puta tecnología! Sácate una cerveza, anda. (Teléfono) (Teléfono) Sí. Hola, ¿Javier Montes? Soy la subinspectora Vargas, la hermana de Bea. Subinspectora Vargas, qué sorpresa. Quería pedirte un favor. ¿Podrías pasarte mañana por comisaría? Por supuesto, ya le dije que estaba dispuesto a colaborar. Pero, ¿por qué quieres verme exactamente? Más preguntas, algo rutinario. El caso es que mañana tengo examen y. Y unas cuantas tutorías, ¿no podríamos retrasarlo? No, no, la verdad es que no. Intenta pasarte. De acuerdo, subinspectora, ahí estaré. Pues hasta mañana, entonces. Hasta mañana. ¡Arturo, soy yo! ¿Pero dónde se ha metido este hombre? Hola, estoy buscando a Arturo Vargas, ¿le conoce? -Buenas tardes. -Buenas tardes, perdone. ¿Conoce a Arturo Vargas? -Ah, vale, pues gracias. -No encuentro a Arturo. -¡Ah, Arturo! Salió hace un buen rato con su compañero. -¿Con su compañero? -¿Qué compañero? -No lo sé, dijo que era amigo de la familia. Se lo llevó a dar un paseo. ¿Ocurre algo? -No, no, tranquila. No pasa nada, gracias. Lo siento, compañero. No, no tienes que sentirlo. ¿Tú ya estás bien? Quien lo siente soy yo, no debería haberte gritado. No te preocupes, tampoco me acuerdo. Esto va muy rápido. Demasiado rápido, joder. ¿Este era el colegio de tu hijo? Aquí venía todos los días a recogerle. Si tenía que escaparme de comisaría, me escapaba. Pero aquí estaba todas las tardes. Como un clavo. ¿Y eso por qué, si luego lo veías en casa? ¿Quieres que te cuente un secreto de padre? Los niños, al salir del colegio, te lo cuentan todo. Después, al llegar a casa, se empapan con las tareas y se encierran como ostras. Pero al salir. Todavía puedo ver a mi Andrés. (Niños) Siempre las mismas palabras. ¿A que no sabes qué me ha pasado hoy? ¿A que no sabes qué me ha pasado hoy, papá? Papá, ¿a que no sabes lo queme ha pasado hoy? ¿A que no sabes lo que me ha pasado hoy, papá? Lo que daría yo por volver a escuchar ese 'papá'. (Teléfono) (Teléfono) Perdona. (Teléfono) Sí, dime. (LAURA) ¿Márquez? Oye, una pregunta, ¿tú te has llevado a mi suegro a dar una vuelta? Pues sí, sí que me lo he llevado, sí. ¿Y por qué no me avisas? Pues no sé, fui a verlo y pensé que le vendría bien estirar las piernas. (ARTURO) Dile que estoy de puta madre. Ya lo has oído, ¿no? Bueno, pues todo bien, nada. Me voy a casa. Bueno, quiero decir, ¿por qué no vienes con nosotros? Y así puedes merendar con Arturo y conmigo. Pues te envío un mensaje con la dirección. ¿Te apetece merendar? Señor Sebas, llevamos 20 minutos mirando en silencio. Un buen policía no se pasa el día correteando como un gilipollas, como en las series. Se sienta, piensa, hasta que todo se conecta. ¿Y ha encontrado usted ya la conexión? No, me falta cerveza. Claro, se la acaba de beber. No me refería a la cerveza. Hay ocho mujeres, ¿a cuántas mató El Carnicero? Pero las víctimas de El Carnicero eran todas jóvenes. No tienen nada que ver con estas señoras. ¿Sigue buscando la conexión? Pero me falta cerveza para encontrarla. ¡Señor Sebas! ¿Puedo consultarle otra vez un asunto romántico? Hay cosas que, con mi tío, no puedo hablar. Pero ya, para empezar, te digo que sobre ese tema, ni aun el más viejo sabe un carajo. Susana está enamorada de David, pero David no le conviene. Y yo estoy enamorado de Susana. Pero no sé si le convengo. ¿Y tu duda es? ¿Qué tendría yo que hacer para enamorar a Susana? Está la vía larga y la vía rápida. Las dos tienen sus pros y sus contras. ¿Cuál sería la vía larga? Porque o te das prisa, o adiós Susana. ¿A qué se refiere? Pues a que me ha llegado información de que Susana, esta noche, sale a cenar con David. Y, si esa cena se produce, estás jodido. Nunca es 'solo una cena'. ¿Y la vía rápida? Declararte, sorprenderla. Decirle lo que sientes. Que si va a esa cena, se vaya con dardito clavado. Venga, declárate. Imagínate que yo soy Susana, ¿qué me dirías? Es una prueba, cojones, déjate llevar, dile lo que sientes. No filtres, dime qué le dirías. Pues si no lo sabes, no te mereces estar con ella. Que se quede con David. Vamos, entonces, dime: ¿qué le dirías? Siento que cada día, cuando me despierto, y ella ya no está a mi lado, la vida tiene menos sentido. Y que he vivido años y años y vidas sin saber que estaba viviendo. Que vivir, para mí, es besarla. Y que no quiero perder el tiempo que me queda haciendo otra cosa que no sea estar con ella. Y que la quiero. (APLAUDE) Bueno, todo eso que has dicho no son más que gilipolleces, pero dichas desde el corazón, suena a música celestial. Venga, a buscarla y a declararte. ¡Ahora, coño! Señor Sebas, gracias. Viene Patri a merendar. Así soy, de acoplarme. Pues muy bien. Voy a dejar la mochila, ¿vale? Oye, Patri, ¿y tú no te vas a presentar al concurso este del espacio? No, yo quiero mantener mi vida social. Y no tengo la cabeza de tu hermana. Es que conocí al profesor nuevo. Es un poco raro, ¿no? Bueno, sí, sí, la verdad es que sí que es un poco raro. Sí, a mí me acojona un poco. Aunque la verdad es que me acojona todo, o sea que. -¿Y la matriarca? Me está llamando. Creo que tiene micrófonos. Hola, cielo, ¿cómo va todo por ahí? Pues bien, bien, ¿con quién estás? Con el abuelo. Dale un beso grande. Oye, en la nevera hay pizza, por si os entra hambre o queréis picar algo. Otra cosa, mamá, que. Que si, por lo que sea, ves a Márquez, dale un besito de mi parte. Otro, quiero decir. La madre que parió a María. Venga, adiós. ¡Bea, que no viene! ¡Pero hay pizza! (Puerta) ¡Adelante! Comisario, acaba de llegar del Ministerio. Gracias, Ortega. Márquez, Márquez, Márquez. Mentiroso hijo de la gran puta. ¡A ver, la pizza! Deja que corte primero. -¿Tiene gluten? Claro que tiene gluten, es una pizza, Patri. Venga, que rulen las calorías. (ASIENTE) ¿Qué tal? Sí, siéntate, por favor. Y una caña, por favor. A ver, a ver, bocadillitos de calamares. Uno para cada uno. ¿Y este festín? ¿Y por qué aquí? Que te cuente tu suegro. Aquí nos sentábamos mi hijo y yo cuando le traía después del colegio. Bocadillo de calamares y a casa a hacer las tareas. -Pero aquí, ¿por qué? -Porque caía camino a casa. ¿Y por qué más? Por la camarera, ¿no? ¿Qué camarera? -Ya no me acuerdo. Además, tengo alzhéimer. Venga, Arturo, no te cortes ahora, coño, cuéntale lo de la camarera. Bueno, lo digo, pero que conste que no es pecado, ¿eh? Veníamos a este bar por ver a la camarera. Era una chica que servía en la terraza. Vallecas no había visto un escote tan espléndido hasta que llegó ella. (RÍE) -No seas guarro, Arturo. -Mi hijo la miraba con la boca abierta. No, no, coge tú. No, no, coge tú. No, tú primero. Que cojas tú. ¿Sabéis qué es lo mejor de hacerse viejo? Que uno puede decir lo que le salga de los huevos. Y no hace falta miraros mucho para saber que, entre vosotros, ha pasado algo. -Si yo tuviera que elegir un hombre para ti, me quedaba con este y no con Santos. -Pero es que tú no tienes que elegir un hombre para mí porque no estamos en el siglo XVI. Y también sé que tú estás enamorado de ella desde que llegaste. Desde que la viste. Porque tú te preocupas por mí, por mis nietas, tú no eres como Santos. Ese solo lo finge. Tú lo haces de verdad. Te importamos. Lo que pasa es que tú tienes miedo a dar pasos hacia un hombre. Porque te consideras culpable. Pero aquí, el inspector te gusta. Y, sea lo que sea que pasó entre vosotros, seguro lo repetiríais. ¡Mmm, pero qué ricos están estos calamares! Yo voy a mirar el coche un segundo que lo he dejado fatal aparcado. (Motor estropeado) (Motor estropeado) (Motor estropeado) No me lo puedo creer. Me cago en mi puta vida. (TV) 'Buenas tardes y bienvenidos a 'España Directo'.' Chicas, ¿nos apetecen palomitas? ¿Qué peli vamos a ver? Pues no lo sé, ¿qué os apetece? Yo, ciencia ficción. Yo, con que salgan buenorros en camiseta, me vale. -Patri, lo tuyo ya no es normal. Venga, os dejo discutiendo, voy a hacer las palomitas. -No, tía, 'La Guerra de las Galaxias' no, que solo salen bichos y navecitas. -Patri, es un clásico. Es el bien contra el mal, es que no puede molar más. -Bastante tenemos con la piedrecita esa que levita como para ponernos a ver en la tele tonterías. ¿Has sido tú? -Sí, con el mando de la tele. Oye, ¿qué hacéis? ¿Se ha ido la luz? ¿Habéis sido vosotras? Habrá sido el microondas, no sé. Esto ya está. ¡Quema, quema, quema! (Puerta) ¡Voy! Abrir, ¿qué voy a hacer? En las pelis de terror, la que se separa primero, muere. Pero siempre es virgen, jiji. Es que las has asustado. Es que no funciona el timbre. Ya, se ha ido la luz. ¿Tenéis cuarto de control de luces en el edificio? ¿Cómo es esto? Este es el mío, creo. Ahora ya sí va. Ay, me llaman. (LAURA) Susi, ¿puedes pasar a recogernos con el coche? Al bar Los Nogales. A Márquez, que se le ha estropeado el suyo. ¡Ah, que es.! Ya, que estás con. Vale, pues venga, voy para allá. Que está con tu tío y tengo que ir a recogerles. ¿Puedo ir contigo? Claro, y así me haces compañía, venga. Nosotros nos vamos, volvemos enseguida. -Pues la vemos en el portátil. Al final me has convencido para ver 'La 'Guerrita' de las Galaxias'. (PATRICIA ASIENTE) ¿Te pasa algo, Iago,? Vas muy callado. ¿Seguro que no pasa nada? Tengo algo que decirte. No sé por dónde empezar. ¿Ya lo sabes? A ti, ¿quién te lo ha contado? ¿Contar el qué? Que tu tío y mi madre se han besado. Bueno, pero tampoco te quedes como triste. Qué más da, ya son mayores ya se apañarán. ¿Tú crees que hacen buena pareja? Tienen suerte de haberse encontrado. Iago, ¿seguro que querías hablarme de esto? Mira, están ahí. Parecéis la portada de un disco, estáis de foto. Es que se me ha estropeado el coche. Ha venido a amenizarme el viaje. Venga, subid, que no os cobro. -Hola, grandullón. -Hola, princesa. -No le puedo decir que no. ¿Todavía estás con la foto que se olvidaron? -No seas cotillas. Perdón, no quiero invadir tu espacio vital. -¿Ves algo raro en la foto? -Me falta el contexto, inspector. -Ya, yo tampoco lo tengo. ¿Pero no hay nada que te resulte extraño? -¿Esto qué es, un juego? ¿Cuál es el premio? -Bueno, ¿qué? -No hay ningún hombre. -Es el Instituto Espacial Europeo. En el mundo de la ciencia, ¿qué proporción hay de hombres y mujeres? ¿Cuántas mujeres científicas conoces en un puesto de poder? Estas tías, sean quienes sean, son unas adelantadas a su tiempo. Hoy en día, las mujeres lo siguen teniendo muy jodido para salir en la foto sin un hombre. ¿Me he ganado el premio? -Eres genial. Márquez, ¿no nos cuentas qué hacías con mi madre y con mi abuelo merendando juntitos? ¿Qué ha sido casualidad? ¿Os habéis encontrado o cómo? Mira para adelante, haz el favor. ¿Habéis merendado? Mira cómo cambia ella de tema. Qué zigzag bueno ahí, ¿no, mami? ¿Tú te estás enterando de algo, gallego? Yo, oír, callar, don Arturo. Es un buen dicho. (Teléfono) Es el tuyo. Susana, sobre lo de esta noche. David, no, ahora no. O sea que al final, vas a quedar a cenar con él. Mamá, como volvamos a hablar otra vez de esto, te juro que bajo al abuelo del coche y nos estampo. No, no, tranquila, yo no digo nada. No, si nunca dices nada. Susana, no le hables así a tu madre. Márquez, no te metas. Entonces ¿vas a ir al final a cenar con él? ¿Qué pasa, abuelo, estás bien? ¡Estoy cojonudo! Me río porque sois muy graciosos. Qué pena que tenga que morir. Vais a ser una familia estupenda. Un poco raros, eso sí, pero estupenda. ¿Una familia? Yo sé lo que me digo. -Es un buen tío. -A ver, pero ¿tú desde cuándo eres tan cotilla? -A mi edad un poco de salseo alrededor siempre viene bien. -No sabes la vergüenza que me has hecho pasar. -Márquez tiene una mirada. Te lo digo yo. Además, está loco por ti. -Arturo, ¿se viene conmigo? -Hay que ver, eh. Está usted hecho un gamberro. Me ha tenido muy preocupada. De verdad, no etiendo cómo no te puede gustar. 'Star Wars' es la mejor saga de la historia. -Las primeras son de viejos. Soy más de 'Los juegos del hambre'. -Por los chicos. -No, hombre, también por la piba del arco. -Bueno, anda. -Hasta mañana. -Mándame un mensaje cuando llegues. -Vale, adiós. Bueno, ya es por aquí. Gracias por traernos. Nada, Márquez, si se vuelve romper algo, llámame. O a mi madre, a quien quieras. (RÍE) Gracias. Que vaya bien esta noche. Adiós, Susana. Cariño, me pongo delante. Laura, sobre lo de ayer. Me encantó la flamenca. Ah, no, no me refería a eso. Ya sé que no te referías a eso. Pero no te tienes por qué disculpar. Es que no iba a pedirte disculpas. Iba a decirte que no me importaría repetirlo. Ni a mí tampoco me importaría que lo hicieras. (Claxon) Bueno, adiós. Tú la quieres de verdad, ¿no? Entonces, ¿qué cojones estás haciendo, Iago? Vamos a casa, señor Márquez. Si de verdad quieres a mi hija, échale valor y lucha por ella. ¿Me está diciendo que vaya por ella? Claro, que vayas a por ella, ya estás tardando. Gracias, señor Márquez. Iago, que me haces daño. Coño, Iago, que me ahogas, venga. ¡Venga, que la pierdes, hombre! Creo que tengo algo. Igual es una gilipollez. Bueno, pasa y lo vemos. Bueno, ya han venido a por mí. Preparada, ¿princesa? Pero ¿cómo eres tan flipado? Tengo la cabeza al revés por vuestra puta culpa. Hace dos días jamás hubiera pensado lo que voy a decirte, me habría dicho: 'Sebsa, vente a dormir, que estás haciendo el gilipollas'. Pero después de ver a los dos zombis. Después de saber que El Carnicero es una especie de vampiro, después de ver vuestras armas, las pantaillitas, yo ya no sé qué carajo creer. No me vuelvo loco de milagro. No sabes lo mucho que te entiendo, Sebas. Creo que sé quiénes son estas mujeres. Ocho mujeres. El Carnicero mató a siete. Ya, pero son de distintas edades. Lo sé, pero mira. Sí, esta es una de las víctimas del Carnicero. ¿Qué me dices? Que son idénticas, podrían pasar por madre e hija. Otra víctima del Carnicero. Marta Rodríguez. Estefanía Marín. Margot Denis. Que se parezca una es casualidad, pero que se parezcan todas. No es una coincidencia. Hola, cariño. Voy al chino a comprar algo para cenar, ¿qué te apetece? -¡Me da igual, me gusta todo! (Ruido) Ahora vuelvo. (Puerta) Nunca cogieron al Carnicero porque pensaban que elegía a sus víctimas de forma aleatoria. Que no tenía un patrón definido. No le cogieron porque el patrón era esta foto. El Carnicero no mató a las chicas por lo que eran, sino por lo que llegarían a ser. Esta foto se hizo en el futuro. ¿Qué coño estás diciendo? Que ese hijo de la gran puta ha venido del futuro. Y que su misión desde el principio era matarlas a todas. Eso es una locura. No puede ser. Y ella es la última. Sea quien sea, ese cabrón. Quiero que te vengas a vivir comigo. ¿Estás enamorada de otra persona? Es ella, señor Márquez. La octaba cinentífica es ella. El Carnicero se la acaba de llevar. Lo siento, señor Márquez. Sabía que al final me servirías para algo. Capítulo 12 Capítulo 12 •. La fotografía descubierta en la guarida del Carnicero es la clave para dar con el asesino. Así lo entiende Sebas, que trata de averiguar quiénes son esas mujeres. Mientras, Márquez trata de manejar la compleja situación que genera el Alzheimer de su padre. Laura confiesa a su amiga María que el beso de Márquez le ha dejado huella. La noticia de que Márquez ha besado a Laura llega a oídos de Santos, que reacciona solicitando el expediente clasificado del policía. Lo que descubrirá en él podría servir para deshacerse de su rival. Contenido disponible hasta el 30 de octubre de 2066. Usted no va a delatarme. -Ya se lo dije. Si me delata, lo que va a sucederle ahora mismo también le pasará a todos aquellos a los que ama. -'Soy una mujer adulta'. Yo me quedo con mi familia. Tú haz lo que te plazca. -Te doy mi palabra de que nunca más voy a volver a fallarte. Vas a volver a sentirte abandonado por los tuyos. Voy a hacer lo imposible por sacarte de esta cárcel. -'Blanca debe dormir un poco'. Ahora vendrá Carmen a limpiar el cuarto. 'Los dos nos parecemos mucho'. 'Ambos hemos sido rechazados por aquellos a los que amamos'. Dos almas solitarias y apenadas. Necesitadas de comprensión. '¿Queréis saber cómo la sastra' y su hijo bastardo volvieron loca a la bella e inocente doncella? ¡Es una calumnia! He encontrado esto en la papelera de la alcoba de su hija. -Lo que te queda por hacer es transcribir lo que pone. -¿Por qué no me has dicho que tenías las señas de Diego? -Perdona, con todo lo de Lucía se me fue el santo al cielo. -No te preocupes. Ya me ha dado su dirección. Me pondré en contacto para que nos envíe las gemas. Que no veo el momento de poder terminar la joya y enseñársela a todo el mundo. -No dudes nunca de mí, diga lo que te diga tu hermana. El amor que nos une es real. Es más fuerte que nada. Juntas formaremos esa familia que tanto hemos ansiado y que se nos ha ido escapando de los dedos como arena. Pero para lograrlo. Blanca puede ser un obstáculo. ¿Entiendes lo que quiero decir? -Lo comprendo perfectamente, madre. ¿Y cómo acababa la obra? -No se pudo saber. Dicen que en cuanto el narrador dijo que el mayordomo era hijo de la sastra, doña Susana perdió los estribos e interrumpió la obra. -Qué pena habérmelo perdido. Y eso que Susana es de las personas del barrio de las que mejor concepto tenía. -Pero entonces, ¿son madre e hijo? -De no ser cierto, no le habría dado ese ataque de indignación, ¿no cree? Se limitaría a decir que es falso y a demostrarlo. -Claro que es cierto. Muy puritana, pero tuvo su desliz de juventud. Nada juvenil. Porque ya era una mujer hecha y derecha y con un hijo. Simón es más joven que Leandro, el hijo legítimo que está en París. -Yo no he tratado mucho con ella. Siempre la veo entrando y saliendo de la iglesia y no me lo esperaba. -A saber qué más tiene que hacerse perdonar. Anoche y esta mañana ha sido la comidilla del altillo. -Buenos días. Supongo que hablaban de doña Susana. -¿De qué otra cosa se puede hablar. Después de lo de ayer? -He pasado por la terraza de La Deliciosa y estaba a rebosar de gente comentando. Parece ser que fue un escándalo de los que marcan época. -Qué pena no haber estado para verlo. -Yo siento compasión por ella. Un error del pasado y le repercute décadas después. -Los errores siempre vuelven. Es una ley que deberían enseñar a los niños ya en la cuna. (Pasos) -Buenos días. -¿Qué haces levantada? Carmen te podría haber servido el desayuno en la cama. -Me encuentro con fuerzas. Prefiero unirme a todos en el desayuno y la charla. Me aburro en mi cuarto. -Debes pensar en tu hijo. -Has estado enferma. Parece que por fin os ponéis de acuerdo en algo. Os agradezco vuestra preocupación. Pero yo decido lo que me conviene. Y ahora me conviene comer, moverme y hacer vida normal. -Estoy de acuerdo. ¿Acaso creen que Blanca haría algo que perjudicara a su hijo? -Tal vez involuntariamente. -Carmen, hoy no tomaré café. A partir de hoy tomaré té con leche en el desayuno. Y algo de fruta. Todos deberíamos comer más fruta y menos pasteles. -Sí, señorita. -Samuel, ¿te ha dado tiempo de ir a correos? -Sí, le he mandado un telegrama a Diego. Espero que nos responda hoy mismo y nos diga cuándo podrá enviarnos las gemas que necesitamos para terminar tu diseño. ¿de qué estabais hablando con tanto interés cuando yo he llegado? Me ha parecido escuchar la palabra escándalo. -De doña Susana. ¿Sabías que es la madre de Simón Gayarre? El mayordomo de doña Celia. La muy taimada era la más pecadora de todos. Pese a que se jactaba de no haber pecado en su vida. El pecado que ocultaba. Llegó un día en forma de joven mayordomo. Un hombre que buscaba a alguien que la abandonó. A una mujer cruel. Venía buscando. -Doña Susana. -¿Has visto a todas ahí fuera? ¿Sabes lo que hacen? Arrastrar mi nombre por el suelo, sin piedad. -No debe prestarles atención. -Tantos años de ejemplaridad, de cumplir al dedillo con las normas de la Santa Madre Iglesia, de ser la más decente, la más devota, y en un día todo por tierra. -Mucho más que unos titiriteros deslenguados son necesarios para manchar una vida de servicios a los demás. -Es más fácil destruir que construir. Lo que lleva años levantar. Solo precisa de unos instantes para desmoronarse. -¿Ha visto a los vecinos? Reunidos como si nunca hubieran dado un mal paso. Criticando sin reparar en el daño que hacen. No eches más leña al fuego, que tu madre está desolada. -¿Has encontrado a los titiriteros? Ni los feriantes les conocían. Venían de otra ciudad. Está claro que fueron contratados para lo de anoche. -Ha sido el coronel. Nos la tiene jurada mucho tiempo. Y ahora se ha vengado. -Pues claro que ha sido él. Y que quien se lo ha contado ha sido Elvira. Sus promesas no son más que papel mojado. -Simón, no le des más vueltas. Todo el mundo se olvida, como ocurre siempre. Elvira tiene que pagar por su deslealtad. (DON RAMÓN) Lo que yo les digo es que no hay que creer todo a pies juntillas. Puede que sea verdad y puede que no. -Pues yo me lo creo. -Rosina, mi tía es una mujer de grandes principios morales. -No digo que no. Pero demasiado elaborado fue todo lo que dijeron los títeres, como para que sea mentira, Liberto. -Y si decís que se puso a pegar gritos como una loca, vamos, eso es como entonar el mea culpa. -Quizá fuese una invención para humillarla. -Eso solo lo sabe quien escribiera el texto. Y quien encargara que se representara en la feria. -En realidad, sabéis que yo no soy de condenar a nadie, pero. Desde luego es que la historia tiene sentido. Así cuadran muchas cosas. -Claro, es verdad. Susana siempre pendiente de Simón. Si la que más, la que menos, sospechamos que sus intereses eran otros, por Dios. -Por Dios, Rosina, pero ¿quién iba a pensar eso? -Algunas, Celia, algunas. -Eso le honra a usted. -Ay, mira, al final no eran amantes, sino madre e hijo. Que no sé qué es más o menos escandaloso. -Perdónenme el retraso. Está todo a rebosar. ¿Quieren tomar algo más? -No, tranquilo, Víctor, si la camarera ya nos ha traído todo. ¿Tú sabías lo de mi tía y Simón? Yo no estaría tan segura de que lo que dijeron los títeres fuese la verdad. -¿Siempre sabe las cosas antes que los demás? -Casi siempre. -Si vamos a estar el día entero desayunando y hablando de esa mujer, yo mejor voy a arreglarme. -Yo voy al despacho. Tengo unos asuntos que resolver. -Señora, he querido esperar a que estuviera usted sola. Es la transcripción de la carta de doña Blanca. No he querido sustraer los pedazos para no llamar la atención, pero podrá usted leerla. -¿Es fiel a la carta? -Palabra por palabra. No sé si hago bien en entregársela. Es algo muy íntimo de doña Blanca. -Al esposo de mi hija no va a gustarle nada lo que está puesto aquí. Pobre Samuel. Me gustará ver su cara cuando la lea. Pues no lo parece por tu mala cara. Pero bueno, estás mejor que hace unos días. -Pues aquí sigo. -Has hecho las paces con tu padre. Y tienes un abogado de los de postín. -Ya, Lolita, pero eso no es suficiente para salir de la cárcel. Hace falta mucho más. Es lo único que nos queda. Será a ti, porque a mí ya se me ha acabado. -Tu padre me dijo que fue un accidente. -Y eso es lo que fue, Lolita, no le des más vueltas. -Yo a ti te creo siempre. Digas lo que digas. ¿Has pensado alguna manera de dar con Belarmino? -Solo una, pero. No creo que dé resultado. -Si hay que perder, que sea después de haber luchado. -Hubo un hombre. Un hombre que quedó con Belarmino, el escultor que ideó el monumento. Él tuvo que conocerlo, así que podría testificar que sí que existe. Problema es que no me acuerdo cómo se llama. Era Sigüenza o algo así, pero no lo recuerdo bien. -Tienes que exprimirte la mente como un limón. -Hubo un periódico. Un periódico que reprodujo los planos el monumento, a lo mejor aparece su firma. -Se acabó el tiempo. -¿No nos da un minuto más? -Encontraré ese periódico. -Venga, fuera. -Ten cuidado. -Haces bien en decirle que tenga cuidado. Yo sabía que mi abuela era la madre de Simón. Me lo contaron mis padres cuando vinieron de París. -Víctor, yo soy de la familia. ¿Por qué nadie me dijo nada? -Porque para ella es muy difícil contarlo, Liberto. Para ella es doloroso y humillante. Quería que lo supiera el menor número de gente posible. -Entonces, todo era cierto. No era una maledicencia que alguien hizo llegar a los titiriteros. -Ya me gustaría poder desmentírselo. Pero ya le estoy diciendo que es cierto, sí. Creo que todos tenemos que entender a mi abuela. Pasó momentos muy difíciles cuando eso sucedió. Y muy mala ha tenido que ser la intención de quien haya hecho que se conociera su secreto de una forma tan humillante. -¿Y quién sería el padre? Por la edad de Simón, el padre de tu padre no pudo ser. Porque ya había fallecido. -Rosina, no seas morbosa. -Pero si no es por ser morbosa, es por entender todo esto. ¿Y dónde se criaría, con quién? -Buenos días. Qué bien encontrarles aquí reunidos. Gracias, don Ramón. Supongo que estarán hablando de lo de los titiriteros de ayer. -Pues sí, pero deberíamos estar hablando de la recaudación de la feria. Que servirá para ayudar a los desfavorecidos. -Un propósito muy loable, querida Celia, pero harto imposible. Supongo que tú sabías el secreto, ¿no, Víctor? ¿Y usted, Liberto? ¿También estaba al cabo de la calle? -¿Y tú, María Luisa? Eres casi de la familia. -Contesta, María Luisa. -Lo sabía tanta gente, que cualquiera puede haberse ido de la lengua. Es lo que tienen los secretos. Que son imposibles de guardar. -Está claro que ha tenido que ser asunto del coronel. ¿Quién si no le tiene inquina a Susana? -Es posible que Elvira también lo supiera. Vaya, parece que todo el mundo lo sabía menos usted, Liberto. Es el único para el que realmente ha sido una revelación. Siendo de la familia, digo yo que ha de escocer. -Dejemos que cada uno maneje su vida según su criterio. Cada uno en su casa y Dios en la de todos, como reza el refrán. -Cuánta razón tiene, don Ramón. Cada uno tiene sus cuitas. Hablando de todo un poco. ¿Su hijo Antoñito sigue preso? -Mi hijo es completamente inocente. Muy pronto saldrá en libertad. Esta misma semana. -No sabe cuán feliz me hace escuchar eso. Lo último que leí en el periódico no era muy halagüeño para él. ¿Será verdad que ese tal Belarmino solo existe en su imaginación y en las componendas que ha hecho para poder cobrar todo el dinero de los monumentos? Espero que no. -¿Por qué debe tener cuidado mi novia? -Siempre es bueno andar con cuidado. -No le consiento que la amenace. -¿Cómo ha dicho? No me consiente. ¿No se ha dado cuenta de que yo soy el carcelero y usted un simple prisionero? -Tengo derechos. -A permanecer callado tiene derecho. Ya sabe, boca cerrada y nada de intentar escapar. O tal vez no encuentre a su adorable novia cuando salga, ¿estamos? Vamos para la celda. ¿Deseas algo, Carmen? -Solo le traía un vaso de limonada. -El diseño del colgante es muy bonito. -Sí que lo es. Blanca tiene un talento especial. A mí solo me queda trabajar la parte técnica para que el resultado sea igual de bello que ella lo imaginó. ¿Se te ofrece algo más? -No, señor, perdone. -Carmen, lleva estos pasteles a la cocina. Los tomaremos esta tarde con el té. -Hoy, La Deliciosa estaba más amena que nunca. -Y supongo que el tema de conversación sigue siendo doña Susana. Ella, Antoñito Palacios, hay de todo para escoger. Pero aquí en casa tenemos asuntos más importantes. No deberías ser tan permisivo con Blanca. Está embarazada, necesita reposar. -Blanca está bien. Ella decidirá lo que es más conveniente. -No seáis insensatos. Lo único que quiero es vuestro bien, y el del niño que esperáis. Conozco a mi hija mucho mejor que tú. Hasta sus pensamientos más íntimos conozco. -¿Es para mí? -Desde luego. Es una invitación para que la obra de Jaime Alday forme parte de la exposición de bellas artes y de arte decorativo. -Esta exposición es el evento más importante de la ciudad. Y es todo un honor que se pida la obra de mi padre. La joyería nunca suele hacerse huecos en dichas exposiciones. -Es una oportunidad que no podemos desperdiciar. No solo deberemos ceder a las obras ya realizadas y sus diseños, sino también a las ideas que tu padre tenía en la cabeza y que no salieron del papel. -Su cuaderno. -Es la mejor ocasión para dar a conocer su ingente talento. Tal vez podríamos presentar el diseño del colgante Ana que tiene mi padre en su cuaderno. Siempre estuvo muy orgulloso de él. -¿Se puede saber qué hace? -Qué preguntas son esas. Con una escoba en la mano, ¿qué voy a hacer?, pues barrer. ¿Y para barrer la acera no sería mejor que saliera usted a la calle? -A mí no me paga el ayuntamiento, a mí me pagan los vecinos de Acacias 38, y mis obligaciones llegan hasta donde llega el palo de mi escoba. -Lleva toda la vida barriendo toda la acera y, ¿ahora me sale con eso? -Porque llevo toda la vida haciendo una labor que no me corresponde. Si me hubieran pagado por horas las horas que me he tirado barriendo la acera, a estas alturas ya tendría un vehículo para pasear los domingos. -¿Y no será que le da a usted miedo pisar la calle? -¿A mí miedo? Yo no conozco el miedo, hombre. De mí decían en Naveros del Río que era capaz de matar 10 toros. Claro, que también exageraban un poco, ¿eh? -¿A quién le debe usted dinero ahora? -O sea, que primero me llamas cobarde y después moroso. Es que ya no sé lo que va a ser lo próximo, la verdad. -Jacinto, ¿usted sabe qué le pasa al Servando? Que a mí mi Casilda me ha dicho que anda algo raro, pero es que está para ingresarlo en un cotolengo. -¿No sabe lo del Pozoblanco? -¿El delincuente? El Servando y él tuvieron una pelea memorable. -¿Memorable quiere decir. Que escapó a toda mecha? -A puntito de matarse estuvieron el uno al otro. Fue una lucha a cara perro, bueno, según me han contado. -Y eso se lo ha contado Servando, ¿verdad? -Con sus propias palabras, pero era como si yo mismito estuviera allí. De los detalles que me dio. -Ay, Jacinto. Que el Servando miente hasta cuando calla. Ya le sonsacaré yo por qué le tiene tanto miedo al Pozoblanco ese. Si me dices qué está buscando, lo mismo te puedo ayudar. -El nombre de un escultor. -Ay, pero ¿eso lo pone en un diario? -Antoñito dice que sí. -Antoñito dice muchas cosas. A saber cuántas son verdad y cuánto es embuste. -Ya, pero si yo no le creo, ¿quién va a hacerlo? -A las buenas tardes. -A las buenas, Casilda. Y tú, busca, pero no me lo desordenes 'to'. -¿Qué, ha visto usted a doña Susana? -Ni las orejas ha asomado por aquí. -'Endeluego' que tiene candela. Ocultar que tiene un hijo. En qué cabeza cabe. -Sus motivos tendría. -Pues no sé qué motivo puede tener una madre para separarse de su retoño. -No me convence. -Basta ya, Casilda. Yo misma me tuve que separar de mi propia hija. -Perdón, 'señá' Fabiana, sí. Si yo no lo decía por nosotras. Nosotras somos pobres, ¿qué motivo mayor que ese? Pero es que las señoras, esas sí que llevan una vida 'regalá'. -Si al final todas somos personas. Señoras y criadas. Tampoco hay tanta diferencia. -¿Aquí está el qué? -Sepúlveda, el escultor se llama Sepúlveda. -Pues muy bien. -Pero ¿no os dais cuenta? Si hablan con él, Antoñito va a salir de la cárcel. -Tú no lo fíes 'to' a eso. -Ay, me da a mí que hasta que no devuelva el dinero del monumento, le enchironan por muchos años. -El dinero lo robó Belarmino, no él. -Pero si nosotras te creemos, muchacha. Pero mucha más gente tiene que hacerlo. -Y voy a conseguirlo. -'Me gustaría decirle' que me sorprende, pero no es así. Esto es propio de mi hermano Diego. -Yo no lo entiendo, la verdad. -Su experiencia con Diego es inferior a la mía. De él cabe esperarlo todo. -Buenas tardes. ¿Me puedo sentar aquí? -Un chocolate, por favor. Me sentía encerrada en casa. Hay que ver lo importante que es ver la luz del sol. Le noto serio, don Felipe. No podemos contar con el envío de gemas de Diego. -Nos han contestado del puesto de correos al que enviamos el telegrama. No está allí. -¿Y no ha dejado otra dirección? -No está allí ni nunca ha estado. No llegó a aquella parte del país. -No es posible. Esa fue la dirección que nos dio para que contactásemos con él. Creo recordar que era en la ciudad de Diamantina. La zona del país donde se pueden encontrar los materiales que él buscaba. -Conoces a mi hermano. Cambiaría de opinión y no le pareció adecuado avisarlo. -No sé cómo podemos encontrarlo. -Si él no nos envía las gemas, tendremos que conseguirlas de otra forma. Y más ahora que tenemos la exposición de bellas artes. En fin, voy a hacer unas gestiones. -Seguro que encuentras la forma de recibirlas. Después iré a avisar a mi padre de la invitación de la exposición. Pese a su estado, tal vez lo escuche y sienta orgullo. -¿Quieres que te acompañe? -No, no es necesario. -Es lamentable que don Jaime no vaya a ser capaz de disfrutar de un momento tan importante de su carrera. ¿Qué cree que puede haberle ocurrido a Diego? ¿No se le ocurre ninguna forma de comprobar que esté bien? Pero no va a ser fácil. Nadie encuentra a quien no quiere ser encontrado. No sé si Simón y doña Susana van a creerme. Pero yo no le conté a mi padre que eran madre e hijo. Pues todo el mundo sospecha de ti. Y difícilmente creerán lo contrario. Por eso tienes que confiar en lo que te digo. ¿Lo pasó muy mal doña Susana? Fue bochornoso. Yo no apruebo que doña Susana haya tenido un hijo fuera del matrimonio, pero el sufrimiento fue excesivo. -Buenas tardes. -Es hora de misa, y como quiero ponerle una vela a mi hermano, te espero dentro. Veo que las cosas no mejoran. ¿No le habrás contado lo que pasó ayer? ¿Lo del beso? No se me ocurriría, fue un impulso. Estoy comprometido con María Luisa. Todos cometemos errores por amor. Nuestro beso no significó nada, Elvira. Tampoco para mí. Yo amo a Simón. ¿Y por qué te acercaste a mí? Por causarle celos. ¿Me estabas usando? Pero después me di cuenta que nunca debí haberlo hecho. No deberías usar a la gente. Y menos a mí, que soy el sobrino de Simón. Bueno, Víctor, tú también me estabas utilizando a mí. Los dos nos comportamos mal. Por eso lo mejor será que lo olvidemos. Y que dejemos de jugar. Vamos a hacer como si esto no hubiera pasado nunca. Voy a la iglesia. Hable con el servicio y manténganos informados. ¿Ha encontrado algo? -Me temo que aquí no vamos a encontrar nada. -Siempre se dejan pistas atrás. Si Diego no viajó a Brasil, quizá lo hizo a otro lugar. Quizá quede el resguardo de un billete de barco. La carta de alguna naviera o. El visado de alguna embajada. Vengo de registrar la biblioteca. Los cajones de la mesa están vacíos. ¿Qué está mirando usted? -Solo miraba el cuaderno de mi padre. Hay unas medidas anotadas por él a mano junto al diseño de la mayor de las joyas. Nunca he entendido qué significan. -Quizá no sean medidas. Pero entonces no sé qué son. Un misterio que nos dejó mi padre antes de que su mente se borrara. Cuando vinimos a la casa, antes de la marcha de Diego, todo estaba por el suelo. No sé si fue el mismo Diego quien lo hizo. -Y se limpió todo. -Me temo que sí. Cualquier pista sobre el paradero de mi hermano está ahora en la basura. -Tendremos que encontrar otra manera de buscarlo. Sin llamar la atención, por favor. Me gustaría llevar este asunto con la mayor cautela. No quiero que Blanca sufra innecesariamente. -No sabrá nada por mi parte. -Sabe que mi esposa siente un gran afecto por mi hermano. No me gustaría que las malas noticias perjudicaran su embarazo. Ha sufrido malestar estos días y esto podría ponerla aún más nerviosa. -No le diremos nada. Pero eso no significa que no se preocupe ante la desaparición de Diego. Entonces, ¿no está en Brasil? -Por lo menos no en la zona de las minas, donde creíamos que estaba. En el estado de Minas Gerais. -Tal vez está en otra zona de Brasil. Pero Brasil es tan grande, que es igual de difícil buscarle allí, que en cualquier otra parte del mundo. Pero no paro de darle vueltas a todas las cosas extrañas que ocurrieron cuando se fue y a las que no quise atender. -¿Como el desorden de su casa? ¿Y si fue atacado? -No lo creo, ha pasado mucho tiempo. Te habrías enterado, ¿no? Olga fue la última que estuvo con él. Quizá me haya ocultado algo de lo que pasó. -¿Y no estás haciendo una montaña de un grano de arena? -Si Diego estuviera donde dijo que iba a estar. -Diego se ha movido durante toda la vida por todo el mundo, sabrá cuidarse. -Espero que lo que dices sea verdad. -Pero ¿cuántas historias te ha contado sobre las minas de diamantes en Sudáfrica? ¿O de las esmeraldas en Sudamérica? O hasta de las perlas en las islas de la Polinesia. -Era un caudal de anécdotas sin fin. -Tú piensa eso, que cualquier día de estos aparece y te cuenta que ha estado viendo cómo se extraen de la tierra las piedras más preciosas del mundo. -Ay, Blanca, no te pongas en lo peor. Puede haber mil motivos para que no esté en Brasil. Que su viaje se haya retrasado, que él haya cambiado de opinión. O simplemente que no quiera ser encontrado. -Eso también me da miedo. Aunque sería mejor que su desaparición fuese voluntaria a que no pueda volver o pedir auxilio. No sé, tengo malas sensaciones. -Tus sensaciones no son premoniciones. Se llama amor. Y tú quieres convencerte de que no amas a Diego, pero es que cada vez que le ves, Blanca, tu mirada se ilumina. -Debo tener cuidado para no ser tan evidente. Solo espero poder volver a verle. -Siempre estamos a vueltas con el amor. Estará orgulloso. No puedo decir que no me hiciera feliz el teatrillo de títeres. Doña Susana no ha abierto el negocio. Está encerrada, llorando. Ya iba siendo hora de que alguien pusiera en su lugar a esa vieja beata. Toda la vida criticando la paja en el ojo ajeno y tenía la viga en el propio. Ya lo dice la Biblia: 'El que esté libre de pecado que tire la primera piedra'. Y ella no lo está, ni mucho menos. ¿Cómo pudo saber usted que doña Susana era la madre de Simón? Lo supe y punto. Todo el mundo piensa que se lo conté yo. Así tendrán menos ganas de hablar contigo. Pronto nos libraremos del bastardo de Simón y de toda su familia. Que resulta ser más grande de lo que parecía. Al final va a ser pariente de medio barrio. Padre, no puede manipular a todo el mundo. No puede tomar decisiones por mí. Decidir quién hablará conmigo y quién no. Puedo y lo hago. Además, esto no tiene nada que ver contigo, es algo que tenía con Simón. Míralo de otra forma. Querías venganza y te la he servido. Empieza una vida nueva. Sin una sastra que nos mire por encima del hombro y sin que su bastardo piense que es mejor que nosotros. ¿Damos un paseo? ¿Vamos a los Jardines del Príncipe? Buenas tardes. -Buenas tardes. -Alegra ver que hay alguien en el barrio que no pasea con mala cara. -¿Por qué no iba a ser así? Hace un día estupendo. Y el tiempo pone a cada uno en su lugar. -No hay nada más cierto. Y hoy, querida, luces especialmente hermosa. -Elvira es una hija maravillosa. -Lo mismo opino. Una mujer de la que cualquier joven podría enamorarse. Incluso los que parecen destinados a otras jóvenes. -¿Qué quiere decir con eso? Nada de enjundia. Solo quería decir, que para su hija nada ni nadie es imposible. Podría conseguir la luna si se la propusiera. Les dejo continuar con su paseo. Si no aparece algo que pruebe la existencia de Belarmino y su implicación en la estafa de los monumentos, tenemos muy difícil la defensa de Antoñito. -¿Y qué puede ser? Y le interrogaré minuciosamente. A ver si encontramos un hilo del que tirar. (Pasos) -Don Ramón, don Felipe, perdonen que les interrumpa. -Una noticia sobre el monumento a los caídos de las guerras de ultramar. Hubo muchas como esta, para nuestra desgracia. ¿Qué tiene esta de peculiar? -Nombra al escultor del monumento. Se llama Sepúlveda. -Que Antoñito nunca habló con él. Solo Belarmino. Él puede demostrar que ese canalla existe. -Es una posibilidad. El hilo que buscábamos. Tenemos que encontrar a Sepúlveda. -Si es un escultor renombrado. En el Ateneo me darán cuenta de él. Voy a escribir una nota. -Leonor Hidalgo conoce a todo el mundo en el periódico. Tal vez nos pueda poner en contacto quien redactó la noticia. Él nos dirá dónde encontrar a este escultor. -Esa es otra opción. Me pongo en marcha. -Muy bien, Lolita. Hoy he estado visitando a Antoñito. Y no está bien. -La cárcel es muy dura. -Pues se ha debido dar con toda la cárcel entera. Porque está magullado. -Don Ramón me dijo que había sufrido un accidente. -Aún es más grave que eso. 'Pa' mí que a Antoñito le están maltratando. Él no dice nada para no crear más problemas. Pero tiene que ayudarle. O me lo matan. Mañana iré y veré si las sospechas son ciertas. -Don Felipe, mañana quizá sea tarde. Vaya esta misma noche, se lo ruego, por favor. Un señorito al que le han dado toda la vida todo mascado. Y no se sabe defender. Así que todo lo que le contó a Jacinto era falso. -Sí, quizá es verdad que exageré un poco, pero fue una lucha de titanes. -Por favor, Servando, que nos conocemos. -¿Me estás diciendo que no me enfrenté a ese bandido con todas mis fuerzas? -No, no, no, le está diciendo que le echa mucho cuento al evento. El Pozoblanco ese amenazando con rebanarme el cuello. Que no estamos 'pa' muchas discusiones. -No, si yo le entiendo, hombre. -Luego estaba. Jacinto, que me tiene en un altar, y tampoco era cuestión de decirle que me tuve que cambiar de calzas. -Servando, por favor, que no hace falta que dé esos detalles, hombre. Vamos a ver, ¿le robó entonces? No me dejó ni un real. Todo lo que tenía 'pa' pagar la deuda. -Bueno, pues. Hay mucha gente esperando. Nosotros los primeros, vaya. Que el parné no lo regalan. -¿Que me estáis presionando? -Las deudas son las deudas. -¿Vosotros, que sois. Casi como unos hijos para mí? -Sí, bueno, cuando a usted le conviene. En asuntos de reales no hay familia que valga, Servando. Así que déjese de lamentos y ya está buscando la manera de encontrar el parné. -Qué ingrata es. -Servando, lo que le está diciendo Casilda se lo va a decir todo el mundo. Muchos de ellos le demandarán. Lo que tiene que hacer es buscar al comisario Méndez y denunciar el robo del facineroso ese. -Claro, 'pa' que me encuentre y me corte el gaznate, el Pozoblanco ese. -Bueno, pues necesita dinero para saldar las deudas. -Que sí, que sí, que lo estoy pensando. Pero es que no se me ocurre nada. -¿Ha leído usted el periódico? -No lo he leído. No quiero leer el periódico. ¿Serás mameluco? Que no sé de letras. -Lo digo por los anuncios, borrico, que ahí hay posibilidad de negocio. -¿Qué tripa se te ha roto? -¿Hay algún periódico aquí? -Sí, claro, 'pa' leer cómo va el mundo, ¿no te jeringa? -Vale cualquiera, aunque sea el que utilices para limpiar las ventanas. -Ah, pues entonces sí. En ese cesto. 'Venta de sombreros'. 'Venta de paraguas. Venta de pastillas para eliminar el olor de pies'. -Yo no sé lo que es eso. Mi pies huelen a flores. Ah, este parece interesante. 'Pastillas de caldo'. 'Concentrados industriales para hacer sopas y caldos'. ¿Qué me dice, Servando? -Pero, ¿cómo es eso? ¿Sin tener que cocinar? -No sé, habrá que averiguarlo. Pero parece un buen negocio. -Pastillas para caldo. ¿Ve?, eso no tiene futuro, pudiendo hacer un caldo en un puchero, como siempre. Se me tiene que ocurrir algo, se me tiene que ocurrir algo. -Martín, léeme eso enterito. -'Pastillas de caldo'. 'Pastillas para cocinar exquisitos caldos, sopas, guisos y demás'. (VOZ DE BLANCA) 'No puedo engañarte'. 'Aun teniéndolo todo para ser feliz: mi hermana. El hijo que espero, un buen marido; me siento. 'Esta casa es mi propia jaula'. 'El lugar en el que debo vivir una vida que me conviene'. 'Pero no la que deseo'. 'No logro olvidarte. Volar a tu lado'. -¿Qué lee usted, madre? Las palabras muchas veces son más fuertes que los puñales. Si alguien sabe usarlas. Se vuelven contra quien las ha pronunciado o contra otras personas. -¿Es el caso? Alguien va a arrepentirse de haber escrito estas líneas. -En su momento lo sabrás. -¿No confía en mí? -Sí, claro que confío en ti. Somos aliadas. Pero es mejor que no sepas de esto todavía. No es desconfianza. Es conveniencia. -¿Y de la exposición? ¿A qué viene tanto entusiasmo? -(RÍE) -Eres perspicaz. La única que se ha dado cuenta que mi alegría por el homenaje de Jaime Alday no es casual. Tampoco orgullo de santa esposa. -Algo esconde. -Hay algo de Jaime Alday que no me pertenece. Su cuaderno de proyectos. Samuel y Diego siempre lo han ocultado. Ahora, con motivo de la exposición, Samuel tendrá que mostrarlo. Será mi oportunidad para conseguirlo. -¿Qué tiene ese cuaderno que tenga tanto interés? -Un diseño muy especial. El colgante Ana. -¿Tan bello es? -Supongo que sí. Pero a mí no me interesa su belleza. Sino lo que se esconde en su dibujo. Que podría destruirnos. -Es bellísimo. -Y de una harmonía extraña e incomparable. -Y, sin embargo, es lo que menos me obsesiona. Son los números anotados a mano en los márgenes. -¿No son datos técnicos? Yo también lo creía. Pero lo he comprobado una y otra vez. No pueden ser medidas referentes a la pieza. Tiene que ser otra cosa. Tal vez mi padre nos estuviera enviando un mensaje. -Será mi deformación como autora, pero me apasionan estos enigmas. -Samuel, ¿encontraste algo más en tu visita a la mansión? -¿A qué te refieres? -A algún indicio sobre el paradero de Diego. Ya sabes cómo es Diego. Buscaba oro y crisoberilo. Eso lo puede encontrar en Diamantina o en cualquier otra ciudad de Minas Gerais. Podría estar en Ouro Preto, por ejemplo. No me extrañaría nada que estuviera en Ouro Preto. O tal vez en Belo Horizonte, disfrutando de los placeres de la vida. -¿Sin avisar? -¿Desde cuándo ha avisado de algo? ¿Cuándo se ha preocupado por alguien? -Diamantina, Ouro Preto, Belo Horizonte, Minas Gerais, oro, crisoberilo. Todas estas palabras me suenan como música celestial. Sobre todo si van acompañadas del diseño de una joya que va acompañada de unos números enigmáticos y un aventurero que busca piedras preciosas en mitad de la selva. (RÍEN) -Amiga, lo cuentas como si fuera una novela. -Es que tiene todos los mimbres para convertirse en una. -Solo te pido que le des un final feliz. Sepúlveda, sí, ese era el nombre del escultor. A mí me venía a la cabeza Sigüenza. -Bueno, al fin y al cabo son localidades cercanas. -Bueno, pero ¿le han encontrado? No hace ni media hora que Lolita nos dio el dato. Tiene que agradecérselo a ella. Tengo tanto que agradecerle. -Mañana nos pondremos a buscarlo. Estoy seguro que daremos con él antes del juicio. -Pero ¿y yo puedo hacer algo para ayudar? Llegar al juicio en perfecto estado físico. Antoñito, tenga mucha precaución. No queremos que nadie le calle la boca antes del juicio. No ha sido un accidente, ¿verdad? -Felipe, usted es abogado. Sabe perfectamente cómo funciona esto, así que, por favor, no me haga hablar. -¿Han sido otros internos? ¿O un carcelero? -No me obligue. -Se acabó el tiempo. El preso debe regresar a su celda. Tienen un minuto. ¿No es cierto? Usted no haga nada. Yo me ocupo de esto. Blanca, se hace tarde, deberíamos volver a casa. -Se está tan bien aquí. -Te recuerdo tu estado interesante. -Los hombres creen que el embarazo es una enfermedad. Como si las mujeres no hubieran parido hijos desde el principio de los tiempos. -Tu esposo se preocupa por ti. -Sabes que solo me interesa tu bien. -Si no nos ponemos de acuerdo con los cuidados durante el embarazo, imagínate cuando discutamos sobre la educación de nuestro hijo. -Será militar, ¿no? -Mucho menos. -Yo me lo imagino. Cardenal u obispo; o militar o algo de eso. -Espero que estés de chanza. -Oro y crisoberilo. Como me encargaste. Espero no llegar demasiado tarde. He cortado y pulido las piedras que ha traído mi hermano. Ha sido laborioso, pero creo que ha merecido la pena. -Es una hermosura. Estás preciosa. A quien sí tendría que dar una explicación es a Liberto. No debía haber sido el último en enterarse. -A Liberto ya le he dicho yo que su silencio está más que justificado. No solo se exponía usted a las maledicencias, también tenía un negocio que proteger. -Pensará que no he tenido confianza en él. Se habrá sentido ajeno a la familia. Vamos, el último mono. -Pero hablar con él no estaría de más. -Debería usted hacerlo, claro que sí. Verá como se mostrará más comprensivo. -No estoy yo muy segura. El desplante ha sido. -Yo le acompañaré mañana a visitar a Liberto, y todo se andará. '¿Ha dado con Sepúlveda?' -'Qué va, como si se lo hubiera tragado la tierra'. -¿Y si te ayudamos a dar con él? Yo me puedo pasar por todos los bares y cafés. Siempre que su trabajo se lo permita, se puede acercar a la escuela de artes y oficios. Así a lo mejor conozco a un dibujante más experimentado y me enseña unos trucos para aprender a dibujar más deprisa. -Bueno, nosotros podemos preguntar por el barrio. -Caray, en el 'mercao'. Lo mismo damos con el Sepúlveda antes del juicio. ¿Qué he hecho yo para no merecer su confianza? -Lo sabía Leandro y Juliana. Tienes razón. La familia entera lo sabía. No tengo disculpa para habértelo ocultado. -¿Sabe lo mucho que me ha dolido esto, tía? Yo siempre me he volcado con usted. Casi hasta la veneraba, ¿y así me lo paga? -No sabes lo que me avergüenza habértelo ocultado. Solo puedo decir. Que espero que algún día me perdones. -'El día de la feria' vi a su hija. Besándose con un hombre. -Eso es falso. Estuvo conmigo durante toda la velada. -No hay error posible. Vigilé a Gayarre como si del enemigo se tratara. -Pero a ella no. Y yo no he dicho que fuera con el mayordomo. No sería la primera vez que su hija se besa en público con alguien. -No me encienda, señora. Dígame el nombre del atrevido. Lo despellejaré. Lo colgaré del mástil del patio de armas. -'No se vengan abajo'. Hemos de seguir intentándolo. Muchos juicios se ganan con un testigo sorpresa en el último momento. -No creo este sea caso. Que ese tal Sepúlveda no era más que otra de las alas que utilizó Belarmino para seguir volando libre. -Y eso condenaría a Antoñito. -¿Desean tomar algo los señores? -No, gracias, Lolita. Sospecho, por tu actitud, que tampoco tú has encontrado a Sepúlveda. -Pues hemos ido a buscarle los otros criados y yo. Y no le hemos encontrado en ningún 'lao'. Nadie le conoce ni sabe su nombre, ni en los bares ni en las escuelas de artistas. Ese hombre es un espíritu. Y Antoñito, mientras, en el penal. ¿Qué piensas hacer? -Nunca le envié esa carta. Así mis sentimientos quedarán ocultos para siempre. Y eso es lo que pienso hacer. Fingir y, si puedo, olvidar. Mi familia es Samuel y. Lo que venga. -Blanca, no te va a ser nada fácil olvidar. Los sentimientos no pueden quedarse escondidos por mucho tiempo. Además, ni siquiera sabes si ese hijo es suyo. -Samuel es el padre. Mi hijo va a necesitar equilibrio, solidez. Y solo Samuel le puede dar esa firmeza. ¿Qué tipo de padre sería un aventurero como Diego? Tú viste el estado en que llegó. -'¿Y la herida de la mano?' -En las minas, los trabajadores trabajaban en régimen de esclavitud, o casi. Se lo hice notar al capataz. No se lo tomó bien. -A cuchillo, Felipe. Se formó una reyerta masiva. El capataz de marras no salió bien parado. Por eso me tuve que ir de Brasil con algo más que prisa. -¿Tiene cuentas pendientes con la ley? Tenía que regresar el dichoso Diego. No nos traerá más que problemas. -Pero con lo bien atado que lo tiene usted todo, ¿cree que Diego será una traba? Ha intuido que queremos formar una hermosa familia. Y eso sería nefasto. -¿Y qué piensa hacer usted? -Tomar cartas en el asunto, naturalmente. Capítulo 652 Capítulo 652 •. Realizada por TVE en colaboración con Boomerang TV, ‘Acacias 38’, una idea original de Susana López Rubio, Aurora Guerra, Miquel Peidró y Josep Cister, es una ficción cercana, cálida, luminosa y romántica en la que los grandes protagonistas son los sentimientos universales: el amor, los celos, las pasiones, las venganzas y los odios. La nueva serie diaria cuenta con un reparto coral formado por más de 20 personajes principales a los que darán vida Sheyla Fariña, Roger Berruezo, David Muro, Iago García, Arantxa Aranguren, Carlos Serrano-Clark, Sara Miquel, Inés Aldea, Marc Parejo, Sara Herranz, Sandra Marchena, Mariano Llorente, Alba Brunet, Marita Zafra, Anita del Rey, Juanma Navas, Cristina Abad, Inma Pérez-Quirós, Amparo Fernández, Raúl Cano, María Tasende, Miguel Diosdado, Aurora Sánchez y Andrea López. Este contenido no está disponible en Estados Unidos, Canadá y República de Chile por restricciones de derechos. Usted no va a delatarme. -Ya se lo dije. Hola amigos aquí les traigo una lista de todos los capitulos de Aurora. Estos son todos los capitulos que se han transmitido de su Telenovela favorita Aurora lo. Si me delata, lo que va a sucederle ahora mismo también le pasará a todos aquellos a los que ama. -'Soy una mujer adulta'. Yo me quedo con mi familia. Tú haz lo que te plazca. -Te doy mi palabra de que nunca más voy a volver a fallarte. Vas a volver a sentirte abandonado por los tuyos. Voy a hacer lo imposible por sacarte de esta cárcel. -'Blanca debe dormir un poco'. Ahora vendrá Carmen a limpiar el cuarto. 'Los dos nos parecemos mucho'. 'Ambos hemos sido rechazados por aquellos a los que amamos'. Dos almas solitarias y apenadas. Necesitadas de comprensión. '¿Queréis saber cómo la sastra' y su hijo bastardo volvieron loca a la bella e inocente doncella? ¡Es una calumnia! He encontrado esto en la papelera de la alcoba de su hija. -Lo que te queda por hacer es transcribir lo que pone. -¿Por qué no me has dicho que tenías las señas de Diego? -Perdona, con todo lo de Lucía se me fue el santo al cielo. -No te preocupes. Ya me ha dado su dirección. Me pondré en contacto para que nos envíe las gemas. Que no veo el momento de poder terminar la joya y enseñársela a todo el mundo. -No dudes nunca de mí, diga lo que te diga tu hermana. El amor que nos une es real. Es más fuerte que nada. Juntas formaremos esa familia que tanto hemos ansiado y que se nos ha ido escapando de los dedos como arena. Pero para lograrlo. Blanca puede ser un obstáculo. ¿Entiendes lo que quiero decir? -Lo comprendo perfectamente, madre. ¿Y cómo acababa la obra? -No se pudo saber. Dicen que en cuanto el narrador dijo que el mayordomo era hijo de la sastra, doña Susana perdió los estribos e interrumpió la obra. -Qué pena habérmelo perdido. Y eso que Susana es de las personas del barrio de las que mejor concepto tenía. -Pero entonces, ¿son madre e hijo? -De no ser cierto, no le habría dado ese ataque de indignación, ¿no cree? Se limitaría a decir que es falso y a demostrarlo. -Claro que es cierto. Muy puritana, pero tuvo su desliz de juventud. Nada juvenil. Porque ya era una mujer hecha y derecha y con un hijo. Simón es más joven que Leandro, el hijo legítimo que está en París. -Yo no he tratado mucho con ella. Siempre la veo entrando y saliendo de la iglesia y no me lo esperaba. -A saber qué más tiene que hacerse perdonar. Anoche y esta mañana ha sido la comidilla del altillo. -Buenos días. Supongo que hablaban de doña Susana. -¿De qué otra cosa se puede hablar. Después de lo de ayer? -He pasado por la terraza de La Deliciosa y estaba a rebosar de gente comentando. Parece ser que fue un escándalo de los que marcan época. -Qué pena no haber estado para verlo. -Yo siento compasión por ella. Un error del pasado y le repercute décadas después. -Los errores siempre vuelven. Es una ley que deberían enseñar a los niños ya en la cuna. (Pasos) -Buenos días. -¿Qué haces levantada? Carmen te podría haber servido el desayuno en la cama. -Me encuentro con fuerzas. Prefiero unirme a todos en el desayuno y la charla. Me aburro en mi cuarto. -Debes pensar en tu hijo. -Has estado enferma. Parece que por fin os ponéis de acuerdo en algo. Os agradezco vuestra preocupación. Pero yo decido lo que me conviene. Y ahora me conviene comer, moverme y hacer vida normal. -Estoy de acuerdo. ¿Acaso creen que Blanca haría algo que perjudicara a su hijo? -Tal vez involuntariamente. -Carmen, hoy no tomaré café. A partir de hoy tomaré té con leche en el desayuno. Y algo de fruta. Todos deberíamos comer más fruta y menos pasteles. -Sí, señorita. -Samuel, ¿te ha dado tiempo de ir a correos? -Sí, le he mandado un telegrama a Diego. Espero que nos responda hoy mismo y nos diga cuándo podrá enviarnos las gemas que necesitamos para terminar tu diseño. ¿de qué estabais hablando con tanto interés cuando yo he llegado? Me ha parecido escuchar la palabra escándalo. -De doña Susana. ¿Sabías que es la madre de Simón Gayarre? El mayordomo de doña Celia. La muy taimada era la más pecadora de todos. Pese a que se jactaba de no haber pecado en su vida. El pecado que ocultaba. Llegó un día en forma de joven mayordomo. Un hombre que buscaba a alguien que la abandonó. A una mujer cruel. Venía buscando. -Doña Susana. -¿Has visto a todas ahí fuera? ¿Sabes lo que hacen? Arrastrar mi nombre por el suelo, sin piedad. -No debe prestarles atención. -Tantos años de ejemplaridad, de cumplir al dedillo con las normas de la Santa Madre Iglesia, de ser la más decente, la más devota, y en un día todo por tierra. -Mucho más que unos titiriteros deslenguados son necesarios para manchar una vida de servicios a los demás. -Es más fácil destruir que construir. Lo que lleva años levantar. Solo precisa de unos instantes para desmoronarse. -¿Ha visto a los vecinos? Reunidos como si nunca hubieran dado un mal paso. Criticando sin reparar en el daño que hacen. No eches más leña al fuego, que tu madre está desolada. -¿Has encontrado a los titiriteros? Ni los feriantes les conocían. Venían de otra ciudad. Está claro que fueron contratados para lo de anoche. -Ha sido el coronel. Nos la tiene jurada mucho tiempo. Y ahora se ha vengado. -Pues claro que ha sido él. Y que quien se lo ha contado ha sido Elvira. Sus promesas no son más que papel mojado. -Simón, no le des más vueltas. Todo el mundo se olvida, como ocurre siempre. Elvira tiene que pagar por su deslealtad. (DON RAMÓN) Lo que yo les digo es que no hay que creer todo a pies juntillas. Puede que sea verdad y puede que no. -Pues yo me lo creo. -Rosina, mi tía es una mujer de grandes principios morales. -No digo que no. Pero demasiado elaborado fue todo lo que dijeron los títeres, como para que sea mentira, Liberto. -Y si decís que se puso a pegar gritos como una loca, vamos, eso es como entonar el mea culpa. -Quizá fuese una invención para humillarla. -Eso solo lo sabe quien escribiera el texto. Y quien encargara que se representara en la feria. -En realidad, sabéis que yo no soy de condenar a nadie, pero. Desde luego es que la historia tiene sentido. Así cuadran muchas cosas. -Claro, es verdad. Susana siempre pendiente de Simón. Si la que más, la que menos, sospechamos que sus intereses eran otros, por Dios. -Por Dios, Rosina, pero ¿quién iba a pensar eso? -Algunas, Celia, algunas. -Eso le honra a usted. -Ay, mira, al final no eran amantes, sino madre e hijo. Que no sé qué es más o menos escandaloso. -Perdónenme el retraso. Está todo a rebosar. ¿Quieren tomar algo más? -No, tranquilo, Víctor, si la camarera ya nos ha traído todo. ¿Tú sabías lo de mi tía y Simón? Yo no estaría tan segura de que lo que dijeron los títeres fuese la verdad. -¿Siempre sabe las cosas antes que los demás? -Casi siempre. -Si vamos a estar el día entero desayunando y hablando de esa mujer, yo mejor voy a arreglarme. -Yo voy al despacho. Tengo unos asuntos que resolver. -Señora, he querido esperar a que estuviera usted sola. Es la transcripción de la carta de doña Blanca. No he querido sustraer los pedazos para no llamar la atención, pero podrá usted leerla. -¿Es fiel a la carta? -Palabra por palabra. No sé si hago bien en entregársela. Es algo muy íntimo de doña Blanca. -Al esposo de mi hija no va a gustarle nada lo que está puesto aquí. Pobre Samuel. Me gustará ver su cara cuando la lea. Pues no lo parece por tu mala cara. Pero bueno, estás mejor que hace unos días. -Pues aquí sigo. -Has hecho las paces con tu padre. Y tienes un abogado de los de postín. -Ya, Lolita, pero eso no es suficiente para salir de la cárcel. Hace falta mucho más. Es lo único que nos queda. Será a ti, porque a mí ya se me ha acabado. -Tu padre me dijo que fue un accidente. -Y eso es lo que fue, Lolita, no le des más vueltas. -Yo a ti te creo siempre. Digas lo que digas. ¿Has pensado alguna manera de dar con Belarmino? -Solo una, pero. No creo que dé resultado. -Si hay que perder, que sea después de haber luchado. -Hubo un hombre. Un hombre que quedó con Belarmino, el escultor que ideó el monumento. Él tuvo que conocerlo, así que podría testificar que sí que existe. Problema es que no me acuerdo cómo se llama. Era Sigüenza o algo así, pero no lo recuerdo bien. -Tienes que exprimirte la mente como un limón. -Hubo un periódico. Un periódico que reprodujo los planos el monumento, a lo mejor aparece su firma. -Se acabó el tiempo. -¿No nos da un minuto más? -Encontraré ese periódico. -Venga, fuera. -Ten cuidado. -Haces bien en decirle que tenga cuidado. Yo sabía que mi abuela era la madre de Simón. Me lo contaron mis padres cuando vinieron de París. -Víctor, yo soy de la familia. ¿Por qué nadie me dijo nada? -Porque para ella es muy difícil contarlo, Liberto. Para ella es doloroso y humillante. Quería que lo supiera el menor número de gente posible. -Entonces, todo era cierto. No era una maledicencia que alguien hizo llegar a los titiriteros. -Ya me gustaría poder desmentírselo. Pero ya le estoy diciendo que es cierto, sí. Creo que todos tenemos que entender a mi abuela. Pasó momentos muy difíciles cuando eso sucedió. Y muy mala ha tenido que ser la intención de quien haya hecho que se conociera su secreto de una forma tan humillante. -¿Y quién sería el padre? Por la edad de Simón, el padre de tu padre no pudo ser. Porque ya había fallecido. -Rosina, no seas morbosa. -Pero si no es por ser morbosa, es por entender todo esto. ¿Y dónde se criaría, con quién? -Buenos días. Qué bien encontrarles aquí reunidos. Gracias, don Ramón. Supongo que estarán hablando de lo de los titiriteros de ayer. -Pues sí, pero deberíamos estar hablando de la recaudación de la feria. Que servirá para ayudar a los desfavorecidos. -Un propósito muy loable, querida Celia, pero harto imposible. Supongo que tú sabías el secreto, ¿no, Víctor? ¿Y usted, Liberto? ¿También estaba al cabo de la calle? -¿Y tú, María Luisa? Eres casi de la familia. -Contesta, María Luisa. -Lo sabía tanta gente, que cualquiera puede haberse ido de la lengua. Es lo que tienen los secretos. Que son imposibles de guardar. -Está claro que ha tenido que ser asunto del coronel. ¿Quién si no le tiene inquina a Susana? -Es posible que Elvira también lo supiera. Vaya, parece que todo el mundo lo sabía menos usted, Liberto. Es el único para el que realmente ha sido una revelación. Siendo de la familia, digo yo que ha de escocer. -Dejemos que cada uno maneje su vida según su criterio. Cada uno en su casa y Dios en la de todos, como reza el refrán. -Cuánta razón tiene, don Ramón. Cada uno tiene sus cuitas. Hablando de todo un poco. ¿Su hijo Antoñito sigue preso? -Mi hijo es completamente inocente. Muy pronto saldrá en libertad. Esta misma semana. -No sabe cuán feliz me hace escuchar eso. Lo último que leí en el periódico no era muy halagüeño para él. ¿Será verdad que ese tal Belarmino solo existe en su imaginación y en las componendas que ha hecho para poder cobrar todo el dinero de los monumentos? Espero que no. -¿Por qué debe tener cuidado mi novia? -Siempre es bueno andar con cuidado. -No le consiento que la amenace. -¿Cómo ha dicho? No me consiente. ¿No se ha dado cuenta de que yo soy el carcelero y usted un simple prisionero? -Tengo derechos. -A permanecer callado tiene derecho. Ya sabe, boca cerrada y nada de intentar escapar. O tal vez no encuentre a su adorable novia cuando salga, ¿estamos? Vamos para la celda. ¿Deseas algo, Carmen? -Solo le traía un vaso de limonada. -El diseño del colgante es muy bonito. -Sí que lo es. Blanca tiene un talento especial. A mí solo me queda trabajar la parte técnica para que el resultado sea igual de bello que ella lo imaginó. ¿Se te ofrece algo más? -No, señor, perdone. -Carmen, lleva estos pasteles a la cocina. Los tomaremos esta tarde con el té. -Hoy, La Deliciosa estaba más amena que nunca. -Y supongo que el tema de conversación sigue siendo doña Susana. Ella, Antoñito Palacios, hay de todo para escoger. Pero aquí en casa tenemos asuntos más importantes. No deberías ser tan permisivo con Blanca. Está embarazada, necesita reposar. -Blanca está bien. Ella decidirá lo que es más conveniente. -No seáis insensatos. Lo único que quiero es vuestro bien, y el del niño que esperáis. Conozco a mi hija mucho mejor que tú. Hasta sus pensamientos más íntimos conozco. -¿Es para mí? -Desde luego. Es una invitación para que la obra de Jaime Alday forme parte de la exposición de bellas artes y de arte decorativo. -Esta exposición es el evento más importante de la ciudad. Y es todo un honor que se pida la obra de mi padre. La joyería nunca suele hacerse huecos en dichas exposiciones. -Es una oportunidad que no podemos desperdiciar. No solo deberemos ceder a las obras ya realizadas y sus diseños, sino también a las ideas que tu padre tenía en la cabeza y que no salieron del papel. -Su cuaderno. -Es la mejor ocasión para dar a conocer su ingente talento. Tal vez podríamos presentar el diseño del colgante Ana que tiene mi padre en su cuaderno. Siempre estuvo muy orgulloso de él. -¿Se puede saber qué hace? -Qué preguntas son esas. Con una escoba en la mano, ¿qué voy a hacer?, pues barrer. ¿Y para barrer la acera no sería mejor que saliera usted a la calle? -A mí no me paga el ayuntamiento, a mí me pagan los vecinos de Acacias 38, y mis obligaciones llegan hasta donde llega el palo de mi escoba. -Lleva toda la vida barriendo toda la acera y, ¿ahora me sale con eso? -Porque llevo toda la vida haciendo una labor que no me corresponde. Si me hubieran pagado por horas las horas que me he tirado barriendo la acera, a estas alturas ya tendría un vehículo para pasear los domingos. -¿Y no será que le da a usted miedo pisar la calle? -¿A mí miedo? Yo no conozco el miedo, hombre. De mí decían en Naveros del Río que era capaz de matar 10 toros. Claro, que también exageraban un poco, ¿eh? -¿A quién le debe usted dinero ahora? -O sea, que primero me llamas cobarde y después moroso. Es que ya no sé lo que va a ser lo próximo, la verdad. -Jacinto, ¿usted sabe qué le pasa al Servando? Que a mí mi Casilda me ha dicho que anda algo raro, pero es que está para ingresarlo en un cotolengo. -¿No sabe lo del Pozoblanco? -¿El delincuente? El Servando y él tuvieron una pelea memorable. -¿Memorable quiere decir. Que escapó a toda mecha? -A puntito de matarse estuvieron el uno al otro. Fue una lucha a cara perro, bueno, según me han contado. -Y eso se lo ha contado Servando, ¿verdad? -Con sus propias palabras, pero era como si yo mismito estuviera allí. De los detalles que me dio. -Ay, Jacinto. Que el Servando miente hasta cuando calla. Ya le sonsacaré yo por qué le tiene tanto miedo al Pozoblanco ese. Si me dices qué está buscando, lo mismo te puedo ayudar. -El nombre de un escultor. -Ay, pero ¿eso lo pone en un diario? -Antoñito dice que sí. -Antoñito dice muchas cosas. A saber cuántas son verdad y cuánto es embuste. -Ya, pero si yo no le creo, ¿quién va a hacerlo? -A las buenas tardes. -A las buenas, Casilda. Y tú, busca, pero no me lo desordenes 'to'. -¿Qué, ha visto usted a doña Susana? -Ni las orejas ha asomado por aquí. -'Endeluego' que tiene candela. Ocultar que tiene un hijo. En qué cabeza cabe. -Sus motivos tendría. -Pues no sé qué motivo puede tener una madre para separarse de su retoño. -No me convence. -Basta ya, Casilda. Yo misma me tuve que separar de mi propia hija. -Perdón, 'señá' Fabiana, sí. Si yo no lo decía por nosotras. Nosotras somos pobres, ¿qué motivo mayor que ese? Pero es que las señoras, esas sí que llevan una vida 'regalá'. -Si al final todas somos personas. Señoras y criadas. Tampoco hay tanta diferencia. -¿Aquí está el qué? -Sepúlveda, el escultor se llama Sepúlveda. -Pues muy bien. -Pero ¿no os dais cuenta? Si hablan con él, Antoñito va a salir de la cárcel. -Tú no lo fíes 'to' a eso. -Ay, me da a mí que hasta que no devuelva el dinero del monumento, le enchironan por muchos años. -El dinero lo robó Belarmino, no él. -Pero si nosotras te creemos, muchacha. Pero mucha más gente tiene que hacerlo. -Y voy a conseguirlo. -'Me gustaría decirle' que me sorprende, pero no es así. Esto es propio de mi hermano Diego. -Yo no lo entiendo, la verdad. -Su experiencia con Diego es inferior a la mía. De él cabe esperarlo todo. -Buenas tardes. ¿Me puedo sentar aquí? -Un chocolate, por favor. Me sentía encerrada en casa. Hay que ver lo importante que es ver la luz del sol. Le noto serio, don Felipe. No podemos contar con el envío de gemas de Diego. -Nos han contestado del puesto de correos al que enviamos el telegrama. No está allí. -¿Y no ha dejado otra dirección? -No está allí ni nunca ha estado. No llegó a aquella parte del país. -No es posible. Esa fue la dirección que nos dio para que contactásemos con él. Creo recordar que era en la ciudad de Diamantina. La zona del país donde se pueden encontrar los materiales que él buscaba. -Conoces a mi hermano. Cambiaría de opinión y no le pareció adecuado avisarlo. -No sé cómo podemos encontrarlo. -Si él no nos envía las gemas, tendremos que conseguirlas de otra forma. Y más ahora que tenemos la exposición de bellas artes. En fin, voy a hacer unas gestiones. -Seguro que encuentras la forma de recibirlas. Después iré a avisar a mi padre de la invitación de la exposición. Pese a su estado, tal vez lo escuche y sienta orgullo. -¿Quieres que te acompañe? -No, no es necesario. -Es lamentable que don Jaime no vaya a ser capaz de disfrutar de un momento tan importante de su carrera. ¿Qué cree que puede haberle ocurrido a Diego? ¿No se le ocurre ninguna forma de comprobar que esté bien? Pero no va a ser fácil. Nadie encuentra a quien no quiere ser encontrado. No sé si Simón y doña Susana van a creerme. Pero yo no le conté a mi padre que eran madre e hijo. Pues todo el mundo sospecha de ti. Y difícilmente creerán lo contrario. Por eso tienes que confiar en lo que te digo. ¿Lo pasó muy mal doña Susana? Fue bochornoso. Yo no apruebo que doña Susana haya tenido un hijo fuera del matrimonio, pero el sufrimiento fue excesivo. -Buenas tardes. -Es hora de misa, y como quiero ponerle una vela a mi hermano, te espero dentro. Veo que las cosas no mejoran. ¿No le habrás contado lo que pasó ayer? ¿Lo del beso? No se me ocurriría, fue un impulso. Estoy comprometido con María Luisa. Todos cometemos errores por amor. Nuestro beso no significó nada, Elvira. Tampoco para mí. Yo amo a Simón. ¿Y por qué te acercaste a mí? Por causarle celos. ¿Me estabas usando? Pero después me di cuenta que nunca debí haberlo hecho. No deberías usar a la gente. Y menos a mí, que soy el sobrino de Simón. Bueno, Víctor, tú también me estabas utilizando a mí. Los dos nos comportamos mal. Por eso lo mejor será que lo olvidemos. Y que dejemos de jugar. Vamos a hacer como si esto no hubiera pasado nunca. Voy a la iglesia. Hable con el servicio y manténganos informados. ¿Ha encontrado algo? -Me temo que aquí no vamos a encontrar nada. -Siempre se dejan pistas atrás. Si Diego no viajó a Brasil, quizá lo hizo a otro lugar. Quizá quede el resguardo de un billete de barco. La carta de alguna naviera o. El visado de alguna embajada. Vengo de registrar la biblioteca. Los cajones de la mesa están vacíos. ¿Qué está mirando usted? -Solo miraba el cuaderno de mi padre. Hay unas medidas anotadas por él a mano junto al diseño de la mayor de las joyas. Nunca he entendido qué significan. -Quizá no sean medidas. Pero entonces no sé qué son. Un misterio que nos dejó mi padre antes de que su mente se borrara. Cuando vinimos a la casa, antes de la marcha de Diego, todo estaba por el suelo. No sé si fue el mismo Diego quien lo hizo. -Y se limpió todo. -Me temo que sí. Cualquier pista sobre el paradero de mi hermano está ahora en la basura. -Tendremos que encontrar otra manera de buscarlo. Sin llamar la atención, por favor. Me gustaría llevar este asunto con la mayor cautela. No quiero que Blanca sufra innecesariamente. -No sabrá nada por mi parte. -Sabe que mi esposa siente un gran afecto por mi hermano. No me gustaría que las malas noticias perjudicaran su embarazo. Ha sufrido malestar estos días y esto podría ponerla aún más nerviosa. -No le diremos nada. Pero eso no significa que no se preocupe ante la desaparición de Diego. Entonces, ¿no está en Brasil? -Por lo menos no en la zona de las minas, donde creíamos que estaba. En el estado de Minas Gerais. -Tal vez está en otra zona de Brasil. Pero Brasil es tan grande, que es igual de difícil buscarle allí, que en cualquier otra parte del mundo. Pero no paro de darle vueltas a todas las cosas extrañas que ocurrieron cuando se fue y a las que no quise atender. -¿Como el desorden de su casa? ¿Y si fue atacado? -No lo creo, ha pasado mucho tiempo. Te habrías enterado, ¿no? Olga fue la última que estuvo con él. Quizá me haya ocultado algo de lo que pasó. -¿Y no estás haciendo una montaña de un grano de arena? -Si Diego estuviera donde dijo que iba a estar. -Diego se ha movido durante toda la vida por todo el mundo, sabrá cuidarse. -Espero que lo que dices sea verdad. -Pero ¿cuántas historias te ha contado sobre las minas de diamantes en Sudáfrica? ¿O de las esmeraldas en Sudamérica? O hasta de las perlas en las islas de la Polinesia. -Era un caudal de anécdotas sin fin. -Tú piensa eso, que cualquier día de estos aparece y te cuenta que ha estado viendo cómo se extraen de la tierra las piedras más preciosas del mundo. -Ay, Blanca, no te pongas en lo peor. Puede haber mil motivos para que no esté en Brasil. Que su viaje se haya retrasado, que él haya cambiado de opinión. O simplemente que no quiera ser encontrado. -Eso también me da miedo. Aunque sería mejor que su desaparición fuese voluntaria a que no pueda volver o pedir auxilio. No sé, tengo malas sensaciones. -Tus sensaciones no son premoniciones. Se llama amor. Y tú quieres convencerte de que no amas a Diego, pero es que cada vez que le ves, Blanca, tu mirada se ilumina. -Debo tener cuidado para no ser tan evidente. Solo espero poder volver a verle. -Siempre estamos a vueltas con el amor. Estará orgulloso. No puedo decir que no me hiciera feliz el teatrillo de títeres. Doña Susana no ha abierto el negocio. Está encerrada, llorando. Ya iba siendo hora de que alguien pusiera en su lugar a esa vieja beata. Toda la vida criticando la paja en el ojo ajeno y tenía la viga en el propio. Ya lo dice la Biblia: 'El que esté libre de pecado que tire la primera piedra'. Y ella no lo está, ni mucho menos. ¿Cómo pudo saber usted que doña Susana era la madre de Simón? Lo supe y punto. Todo el mundo piensa que se lo conté yo. Así tendrán menos ganas de hablar contigo. Pronto nos libraremos del bastardo de Simón y de toda su familia. Que resulta ser más grande de lo que parecía. Al final va a ser pariente de medio barrio. Padre, no puede manipular a todo el mundo. No puede tomar decisiones por mí. Decidir quién hablará conmigo y quién no. Puedo y lo hago. Además, esto no tiene nada que ver contigo, es algo que tenía con Simón. Míralo de otra forma. Querías venganza y te la he servido. Empieza una vida nueva. Sin una sastra que nos mire por encima del hombro y sin que su bastardo piense que es mejor que nosotros. ¿Damos un paseo? ¿Vamos a los Jardines del Príncipe? Buenas tardes. -Buenas tardes. -Alegra ver que hay alguien en el barrio que no pasea con mala cara. -¿Por qué no iba a ser así? Hace un día estupendo. Y el tiempo pone a cada uno en su lugar. -No hay nada más cierto. Y hoy, querida, luces especialmente hermosa. -Elvira es una hija maravillosa. -Lo mismo opino. Una mujer de la que cualquier joven podría enamorarse. Incluso los que parecen destinados a otras jóvenes. -¿Qué quiere decir con eso? Nada de enjundia. Solo quería decir, que para su hija nada ni nadie es imposible. Podría conseguir la luna si se la propusiera. Les dejo continuar con su paseo. Si no aparece algo que pruebe la existencia de Belarmino y su implicación en la estafa de los monumentos, tenemos muy difícil la defensa de Antoñito. -¿Y qué puede ser? Y le interrogaré minuciosamente. A ver si encontramos un hilo del que tirar. (Pasos) -Don Ramón, don Felipe, perdonen que les interrumpa. -Una noticia sobre el monumento a los caídos de las guerras de ultramar. Hubo muchas como esta, para nuestra desgracia. ¿Qué tiene esta de peculiar? -Nombra al escultor del monumento. Se llama Sepúlveda. -Que Antoñito nunca habló con él. Solo Belarmino. Él puede demostrar que ese canalla existe. -Es una posibilidad. El hilo que buscábamos. Tenemos que encontrar a Sepúlveda. -Si es un escultor renombrado. En el Ateneo me darán cuenta de él. Voy a escribir una nota. -Leonor Hidalgo conoce a todo el mundo en el periódico. Tal vez nos pueda poner en contacto quien redactó la noticia. Él nos dirá dónde encontrar a este escultor. -Esa es otra opción. Me pongo en marcha. -Muy bien, Lolita. Hoy he estado visitando a Antoñito. Y no está bien. -La cárcel es muy dura. -Pues se ha debido dar con toda la cárcel entera. Porque está magullado. -Don Ramón me dijo que había sufrido un accidente. -Aún es más grave que eso. 'Pa' mí que a Antoñito le están maltratando. Él no dice nada para no crear más problemas. Pero tiene que ayudarle. O me lo matan. Mañana iré y veré si las sospechas son ciertas. -Don Felipe, mañana quizá sea tarde. Vaya esta misma noche, se lo ruego, por favor. Un señorito al que le han dado toda la vida todo mascado. Y no se sabe defender. Así que todo lo que le contó a Jacinto era falso. -Sí, quizá es verdad que exageré un poco, pero fue una lucha de titanes. -Por favor, Servando, que nos conocemos. -¿Me estás diciendo que no me enfrenté a ese bandido con todas mis fuerzas? -No, no, no, le está diciendo que le echa mucho cuento al evento. El Pozoblanco ese amenazando con rebanarme el cuello. Que no estamos 'pa' muchas discusiones. -No, si yo le entiendo, hombre. -Luego estaba. Jacinto, que me tiene en un altar, y tampoco era cuestión de decirle que me tuve que cambiar de calzas. -Servando, por favor, que no hace falta que dé esos detalles, hombre. Vamos a ver, ¿le robó entonces? No me dejó ni un real. Todo lo que tenía 'pa' pagar la deuda. -Bueno, pues. Hay mucha gente esperando. Nosotros los primeros, vaya. Que el parné no lo regalan. -¿Que me estáis presionando? -Las deudas son las deudas. -¿Vosotros, que sois. Casi como unos hijos para mí? -Sí, bueno, cuando a usted le conviene. En asuntos de reales no hay familia que valga, Servando. Así que déjese de lamentos y ya está buscando la manera de encontrar el parné. -Qué ingrata es. -Servando, lo que le está diciendo Casilda se lo va a decir todo el mundo. Muchos de ellos le demandarán. Lo que tiene que hacer es buscar al comisario Méndez y denunciar el robo del facineroso ese. -Claro, 'pa' que me encuentre y me corte el gaznate, el Pozoblanco ese. -Bueno, pues necesita dinero para saldar las deudas. -Que sí, que sí, que lo estoy pensando. Pero es que no se me ocurre nada. -¿Ha leído usted el periódico? -No lo he leído. No quiero leer el periódico. ¿Serás mameluco? Que no sé de letras. -Lo digo por los anuncios, borrico, que ahí hay posibilidad de negocio. -¿Qué tripa se te ha roto? -¿Hay algún periódico aquí? -Sí, claro, 'pa' leer cómo va el mundo, ¿no te jeringa? -Vale cualquiera, aunque sea el que utilices para limpiar las ventanas. -Ah, pues entonces sí. En ese cesto. 'Venta de sombreros'. 'Venta de paraguas. Venta de pastillas para eliminar el olor de pies'. -Yo no sé lo que es eso. Mi pies huelen a flores. Ah, este parece interesante. 'Pastillas de caldo'. 'Concentrados industriales para hacer sopas y caldos'. ¿Qué me dice, Servando? -Pero, ¿cómo es eso? ¿Sin tener que cocinar? -No sé, habrá que averiguarlo. Pero parece un buen negocio. -Pastillas para caldo. ¿Ve?, eso no tiene futuro, pudiendo hacer un caldo en un puchero, como siempre. Se me tiene que ocurrir algo, se me tiene que ocurrir algo. -Martín, léeme eso enterito. -'Pastillas de caldo'. 'Pastillas para cocinar exquisitos caldos, sopas, guisos y demás'. (VOZ DE BLANCA) 'No puedo engañarte'. 'Aun teniéndolo todo para ser feliz: mi hermana. El hijo que espero, un buen marido; me siento. 'Esta casa es mi propia jaula'. 'El lugar en el que debo vivir una vida que me conviene'. 'Pero no la que deseo'. 'No logro olvidarte. Volar a tu lado'. -¿Qué lee usted, madre? Las palabras muchas veces son más fuertes que los puñales. Si alguien sabe usarlas. Se vuelven contra quien las ha pronunciado o contra otras personas. -¿Es el caso? Alguien va a arrepentirse de haber escrito estas líneas. -En su momento lo sabrás. -¿No confía en mí? -Sí, claro que confío en ti. Somos aliadas. Pero es mejor que no sepas de esto todavía. No es desconfianza. Es conveniencia. -¿Y de la exposición? ¿A qué viene tanto entusiasmo? -(RÍE) -Eres perspicaz. La única que se ha dado cuenta que mi alegría por el homenaje de Jaime Alday no es casual. Tampoco orgullo de santa esposa. -Algo esconde. -Hay algo de Jaime Alday que no me pertenece. Su cuaderno de proyectos. Samuel y Diego siempre lo han ocultado. Ahora, con motivo de la exposición, Samuel tendrá que mostrarlo. Será mi oportunidad para conseguirlo. -¿Qué tiene ese cuaderno que tenga tanto interés? -Un diseño muy especial. El colgante Ana. -¿Tan bello es? -Supongo que sí. Pero a mí no me interesa su belleza. Sino lo que se esconde en su dibujo. Que podría destruirnos. -Es bellísimo. -Y de una harmonía extraña e incomparable. -Y, sin embargo, es lo que menos me obsesiona. Son los números anotados a mano en los márgenes. -¿No son datos técnicos? Yo también lo creía. Pero lo he comprobado una y otra vez. No pueden ser medidas referentes a la pieza. Tiene que ser otra cosa. Tal vez mi padre nos estuviera enviando un mensaje. -Será mi deformación como autora, pero me apasionan estos enigmas. -Samuel, ¿encontraste algo más en tu visita a la mansión? -¿A qué te refieres? -A algún indicio sobre el paradero de Diego. Ya sabes cómo es Diego. Buscaba oro y crisoberilo. Eso lo puede encontrar en Diamantina o en cualquier otra ciudad de Minas Gerais. Podría estar en Ouro Preto, por ejemplo. No me extrañaría nada que estuviera en Ouro Preto. O tal vez en Belo Horizonte, disfrutando de los placeres de la vida. -¿Sin avisar? -¿Desde cuándo ha avisado de algo? ¿Cuándo se ha preocupado por alguien? -Diamantina, Ouro Preto, Belo Horizonte, Minas Gerais, oro, crisoberilo. Todas estas palabras me suenan como música celestial. Sobre todo si van acompañadas del diseño de una joya que va acompañada de unos números enigmáticos y un aventurero que busca piedras preciosas en mitad de la selva. (RÍEN) -Amiga, lo cuentas como si fuera una novela. -Es que tiene todos los mimbres para convertirse en una. -Solo te pido que le des un final feliz. Sepúlveda, sí, ese era el nombre del escultor. A mí me venía a la cabeza Sigüenza. -Bueno, al fin y al cabo son localidades cercanas. -Bueno, pero ¿le han encontrado? No hace ni media hora que Lolita nos dio el dato. Tiene que agradecérselo a ella. Tengo tanto que agradecerle. -Mañana nos pondremos a buscarlo. Estoy seguro que daremos con él antes del juicio. -Pero ¿y yo puedo hacer algo para ayudar? Llegar al juicio en perfecto estado físico. Antoñito, tenga mucha precaución. No queremos que nadie le calle la boca antes del juicio. No ha sido un accidente, ¿verdad? -Felipe, usted es abogado. Sabe perfectamente cómo funciona esto, así que, por favor, no me haga hablar. -¿Han sido otros internos? ¿O un carcelero? -No me obligue. -Se acabó el tiempo. El preso debe regresar a su celda. Tienen un minuto. ¿No es cierto? Usted no haga nada. Yo me ocupo de esto. Blanca, se hace tarde, deberíamos volver a casa. -Se está tan bien aquí. -Te recuerdo tu estado interesante. -Los hombres creen que el embarazo es una enfermedad. Como si las mujeres no hubieran parido hijos desde el principio de los tiempos. -Tu esposo se preocupa por ti. -Sabes que solo me interesa tu bien. -Si no nos ponemos de acuerdo con los cuidados durante el embarazo, imagínate cuando discutamos sobre la educación de nuestro hijo. -Será militar, ¿no? -Mucho menos. -Yo me lo imagino. Cardenal u obispo; o militar o algo de eso. -Espero que estés de chanza. -Oro y crisoberilo. Como me encargaste. Espero no llegar demasiado tarde. He cortado y pulido las piedras que ha traído mi hermano. Ha sido laborioso, pero creo que ha merecido la pena. -Es una hermosura. Estás preciosa. A quien sí tendría que dar una explicación es a Liberto. No debía haber sido el último en enterarse. -A Liberto ya le he dicho yo que su silencio está más que justificado. No solo se exponía usted a las maledicencias, también tenía un negocio que proteger. -Pensará que no he tenido confianza en él. Se habrá sentido ajeno a la familia. Vamos, el último mono. -Pero hablar con él no estaría de más. -Debería usted hacerlo, claro que sí. Verá como se mostrará más comprensivo. -No estoy yo muy segura. El desplante ha sido. -Yo le acompañaré mañana a visitar a Liberto, y todo se andará. '¿Ha dado con Sepúlveda?' -'Qué va, como si se lo hubiera tragado la tierra'. -¿Y si te ayudamos a dar con él? Yo me puedo pasar por todos los bares y cafés. Siempre que su trabajo se lo permita, se puede acercar a la escuela de artes y oficios. Así a lo mejor conozco a un dibujante más experimentado y me enseña unos trucos para aprender a dibujar más deprisa. -Bueno, nosotros podemos preguntar por el barrio. -Caray, en el 'mercao'. Lo mismo damos con el Sepúlveda antes del juicio. ¿Qué he hecho yo para no merecer su confianza? -Lo sabía Leandro y Juliana. Tienes razón. La familia entera lo sabía. No tengo disculpa para habértelo ocultado. -¿Sabe lo mucho que me ha dolido esto, tía? Yo siempre me he volcado con usted. Casi hasta la veneraba, ¿y así me lo paga? -No sabes lo que me avergüenza habértelo ocultado. Solo puedo decir. Que espero que algún día me perdones. -'El día de la feria' vi a su hija. Besándose con un hombre. -Eso es falso. Estuvo conmigo durante toda la velada. -No hay error posible. Vigilé a Gayarre como si del enemigo se tratara. -Pero a ella no. Y yo no he dicho que fuera con el mayordomo. No sería la primera vez que su hija se besa en público con alguien. -No me encienda, señora. Dígame el nombre del atrevido. Lo despellejaré. Lo colgaré del mástil del patio de armas. -'No se vengan abajo'. Hemos de seguir intentándolo. Muchos juicios se ganan con un testigo sorpresa en el último momento. -No creo este sea caso. Que ese tal Sepúlveda no era más que otra de las alas que utilizó Belarmino para seguir volando libre. -Y eso condenaría a Antoñito. -¿Desean tomar algo los señores? -No, gracias, Lolita. Sospecho, por tu actitud, que tampoco tú has encontrado a Sepúlveda. -Pues hemos ido a buscarle los otros criados y yo. Y no le hemos encontrado en ningún 'lao'. Nadie le conoce ni sabe su nombre, ni en los bares ni en las escuelas de artistas. Ese hombre es un espíritu. Y Antoñito, mientras, en el penal. ¿Qué piensas hacer? -Nunca le envié esa carta. Así mis sentimientos quedarán ocultos para siempre. Y eso es lo que pienso hacer. Fingir y, si puedo, olvidar. Mi familia es Samuel y. Lo que venga. -Blanca, no te va a ser nada fácil olvidar. Los sentimientos no pueden quedarse escondidos por mucho tiempo. Además, ni siquiera sabes si ese hijo es suyo. -Samuel es el padre. Mi hijo va a necesitar equilibrio, solidez. Y solo Samuel le puede dar esa firmeza. ¿Qué tipo de padre sería un aventurero como Diego? Tú viste el estado en que llegó. -'¿Y la herida de la mano?' -En las minas, los trabajadores trabajaban en régimen de esclavitud, o casi. Se lo hice notar al capataz. No se lo tomó bien. -A cuchillo, Felipe. Se formó una reyerta masiva. El capataz de marras no salió bien parado. Por eso me tuve que ir de Brasil con algo más que prisa. -¿Tiene cuentas pendientes con la ley? Tenía que regresar el dichoso Diego. No nos traerá más que problemas. -Pero con lo bien atado que lo tiene usted todo, ¿cree que Diego será una traba? Ha intuido que queremos formar una hermosa familia. Y eso sería nefasto. -¿Y qué piensa hacer usted? -Tomar cartas en el asunto, naturalmente. Capítulo 652 Capítulo 652 •. Hola amigos seguidores de mastelenovelas, hoy van a disfrutar de un capitulo mas de su telenovela Aurora Telemundo en alta calidad de audio y video. Hoy tenemos para ustedes el Capitulo 1 de Aurora Telemundo, el capitulo que se estrena el dia de hoy Jueves 17 de Octubre del 2013. Te ofrecemos todos los capitulos de Aurora Telemundo totalmente gratis y en calidad HD, para que no te pierdas ningun detalle de tu telenovela favorita. Podras disfrutar tambien de las mejores gratis sin cortes de video ni publicidad. Siguenos para que disfrutes de los estrenos de telenovelas 2013, si te gustó Aurora Capitulo 1 de hoy Jueves 17 de Octubre del 2013 de Aurora Telemundo comparte el sitio web con tus amigos y sigan las mejores historias de novelas online. Telenovela Aurora Telemundo, Aurora en linea Aurora gratis Aurora en vivo Aurora telenovela Aurora capitulos Situado en Nueva York, la historia da comienzo en 1990 con una bailarina de 19 años de edad, llamada Aurora Ponce de León (Sara Maldonado) La cual estudiaba en una de las escuelas de artes mas importantes de todo New York 'New York school of the arts' con sus dos mejores amigas, Natalia y Vanessa. Una noche después de un ensayo del musical de la Bella Durmiente, las tres amigas fueron a un bar invitadas por Natalia, donde bailando Aurora conoce a Lorenzo Lobos, (Jorge Luis Pila) quien al verla queda inmediatamente enamorado de ella. Aurora y Lorenzo se enamoran. El asesinato de Ainhoa y la detención de Fernando conmocionaron a los habitantes de Campoamargo, pero un nuevo asesino en serie anda suelto y cualquiera puede convertirse en la próxima víctima. Tras el encarcelamiento de Fernando Rueda como asesino de Ainhoa, la calma parecía haber vuelto a Campoamargo; el sargento Aguirre había encontrado la estabilidad, hasta que otro crimen, el de Marta Ezquerro, sacude a la población del pequeño pueblo costero y en especial, al propio Héctor. Reparto: Rodolfo Sancho, Pedro Casablanc, Belén López, Luis Fernández, Fernando Cayo, Patrick Criado, Nya de la Rubia, Andrea del Río, Lisi Linder, Fede Aguado, Jesús Carroza, Will Shephard, Elías Pelayo, Ángela Vega, Marina Esteve, Máximo Pastor, Miquel Fernández, Adelaida Polo, Andrea Trepat, Florín Opritescu. Por favor describa lo más claramente posible su petición. El equipo de AtresPlayer se pondrá en contacto con usted lo más rápido que nos sea posible. Cuanta más información nos proporcione, mejor será la calidad de nuestra respuesta. Siempre que sea posible indique: • Cuál es el problema. • Qué capítulo o programa estaba viendo. • Su navegador, calidad de conexión o cualquier otro dato técnico que considere relevante. Ver Mar de plastico 2x04 online sub español, Mar de plastico 2x04 temporada 2 capitulo 4 online español gratis, Mar de plastico 2x04 en seriales online, Mar de plastico 2x04 seriesflv.net sin limite de tiempo, Mar de plastico 2x04 seriesyonkis Mar de plastico temporada 2 capitulo 4 descarga gratis, Mar de plastico 2x04 en. Season 2 Episode 4 (2x4), Mar de plástico Season 2 cap 2x4, Episode 2x4 sub español online o los podras descargar totalmente gratis y sin ninguna restriccion de tiempo, Mar de plástico Season 2 4 subtitulado, Mar de plástico Season 2 4 latino, Mar de plástico Season 2 4 español, Mar de plástico Season 2 4 castellano,. Season 1 Episode 4 (1x4), Mar de plástico Season 1 cap 1x4, Episode 1x4 sub español online o los podras descargar totalmente gratis y sin ninguna restriccion de tiempo, Mar de plástico Season 1 4 subtitulado, Mar de plástico Season 1 4 latino, Mar de plástico Season 1 4 español, Mar de plástico Season 1 4 castellano,. No borre los datos incluidos automáticamente. Recuerde que dispone de una sección de. Mar de plástico es un programa de TV española de Antena 3 que ha recibido una clasificación de 3,0 estrellas de los visitantes de TeleOnlineDirecto.es. Actualmente, tenemos 13 episodios en nuestro archivo, de los que el primero se emitió el enero 2017. ¿Te has perdido un episodio de Mar de plástico y quieres evitar que te vuelva a ocurrir? Añade Mar de plástico a tus favoritos y configura una alarma. Así, te podemos mantener informado por correo electrónico y de forma gratuita de la emisión de nuevos episodios. ¡Muy práctico! 3,0 13 x Tras el golpe que sufre Rueda, Sergio encuentra a su padre en el salón. En el hospital, Rueda consigue sobrevivir aunque no está libre de peligro pues la imagen del fumigador aparece ante él. Lola, Héctor y Salva llegan en ese momento y encuentran la figura al atraparle y quitarle el traje, descubren con asombro quién esEn la cárcel aparece muerto uno de los protagonistas de la serie, alguien le ha cortado el cuelloPilar pide a Kaled que trabaje junto a ella en las tierras que acaba de compr. Favorito Reparto:,,, Género: País: MX Calificación: 7 Temporadas: 1 Capítulos: Reparto Fotos Información ofrecida por Sinopsis completa - ¡Puede contener spoilers! Marichuy es una joven muy hermosa pero, a la vez, muy desgraciada. Abandonada por sus padres en un hospicio del que escapó en la adolescencia, Candelaria, la mujer que le dio cobijo, es lo más parecido que tiene a una madre. Traumatizada por la agresión de un hombre, sus problemas con la justicia la llevan a ser juzgada por su padre y defendida por su agresor sin saber ninguna de las dos cosas. Los enredos de Marichuy llegan al límite cuando descubre, la noche de bodas, que se ha casado con su agresor y huye. 'Cuidado con el ángel' es una novela basada en el texto de la escritora y guionista cubana Delia Fiallo. Curtida en el guión de telenovelas, Fiallo es un referente del género y es responsable de títulos tan conocidos como 'Esmeralda', 'Cristal' o las adaptaciones de 'Pobre Diabla' para Argentina y Perú. Los dos intérpretes principales debutan como protagonistas, si bien ambos proceden de una consolidada trayectoria con papeles menores. Destaca sobre todo la actriz Maite Perroni en el papel de Marichuy, quien ya se ha convertido en ídolo adolescente por su papel de Guadalupe en la serie 'Rebelde' y como cantante en el grupo RBD. Subir Dónde y cuándo • • Lun 14:15 • Mar 14:15 • Mié 14:20 • Jue 14:15 • Vie 14:15 • Sáb - • Dom - Temporadas • Reparto • • • • • Reparto completo Fotos • • Te puede interesar Reparto completo En el orden en el que aparecen en los créditos Subir Lo más leído en series • • • • • • • • • • Mostrar más Mostrar menos. Reparto: Maite Perroni, William Levy (II), Evita Muñoz, Reparto completo; Género: Telenovela; País: MX; Calificación: 7; Temporadas: 1; Capítulos: Reparto FotosInformación ofrecida por mediadata tv. Sinopsis completa - ¡Puede contener spoilers! Marichuy es una joven muy hermosa pero, a la vez, muy. 18 Dec 2015 - 34 secVe el vídeo «Cuidado Con El Angel Capitulo 170 (Completo)(1) (online-video- cutter.com)(1. Sinopsis Shonda Rhimes, la creadora de Anatomía de Grey y ganadora de un Premio Golden Globe nos trae una historia que nos cuenta cómo encontrar un modo de comenzar el resto de tu vida. Addison Forbes Montgomery es una renombrada cirujana que ha dejado atrás el Hospital Seattle Grace, un matrimonio roto con Derek 'McDreamy' Shepherd, y su relación hecha pedazos con Mark 'McSteamy' Sloan. Addison se muda a Los Angeles en busca de un clima más soleado y perspectivas más felices. Addison se reúne con sus amigos de la facultad de medicina, Naomi y Sam Bennett, en su elegante y chic clínica Oceanside Wellness Center en Santa Monica. Private Practice está protagonizada por Kate Walsh en el papel de la Dra. Addison Forbes Montgomery, Tim Daly como el Dr. Pete Wilder, Audra McDonald como la Dra. Naomi Bennett, Paul Adelstein como el Dr. Cooper Freedman, KaDee Strickland como la Dra. Charlotte King, Chris Lowell como William Dell Parker con Taye Diggs como el Dr. Sam Bennett y Amy Brenneman en el papel de la Dra. Violet Turner. Ficha Técnica Director Shonda Rhimes Título original Sin cita previa Intérpretes Kate Walsh, Tim Daly, Audra McDonald, Paul Adelstein, KaDee Strickland, Brian Benben, Taye Diggs, Amy Brenneman. El pasado martes se emitió en Estados Unidos el capítulo número 111 de 'Private Practice', el último de la sexta y última temporada. Se despide así. Encuentra la lista de los episodios de la temporada 1 de la serie Sin cita previa, con el reparto, las sinopsis, fotos y vídeos. |
AuthorWrite something about yourself. No need to be fancy, just an overview. ArchivesCategories |